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El Mallorca necesita estabilidad para seguir desarrollándose. El conjunto que dirige Héctor Cúper quiere enlazar dos triunfos consecutivos por primera vez en toda la temporada y había trazado un plan orientado a ese fin que podría verse modificado de manera inesperada. El preparador argentino tenía previsto alinear el domingo en El Sadar a los mismos jugadores que golearon el pasado fin de semana al Alavés en Mendizorroza, pero los problemas físicos pueden jugarle de nuevo una mala pasada y obligarle a rehacer el equipo desde su base. En este caso, el protagonista es el capitán David Cortés, que ayer se retiró antes de tiempo de la sesión a puerta cerrada que había programado el entrenador en Son Bibiloni debido a unas molestias en la parte posterior del muslo derecho. En un principio, la salida del campo del extremeño obedece a una maniobra de precaución y no parece tratarse de ningún problema grave. Sin embargo, el lateral será sometido hoy a una serie de pruebas en el caso de que vuelvan a aparecer las molestias y su concurso en Pamplona estaría hasta última hora entre interrogantes. Su caída del once haría necesario modificar otra vez el once titular y abriría un agujero importante en la zaga isleña, notablemente deteriorada tras las bajas de Potenza y Tuzzio y el ostracismo de Sergio Ballesteros.

Cortés fue el gran portagonista de un entrenamiento en el que Cúper volvió a esconder sus cartas para que no trascendiera su plan de asalto a la capital navarra. El de Chabas dividió a sus hombres en tres grupos y renunció a la habitual fórmula departidillo que solía utilizar los jueves para determinar el equipo que iba a vestirse de corto en la jornada siguiente. Los jugadores del cuadro balear, entre los que se incrustaron varios canteranos, trabajaron los aspectos relativos el juego por encima de los físicos, aunque Cúper evitó hacer distinciones entre posibles titulares y suplentes para mantener la tensión del plantel hasta mañana, día elegido para realizar la última sesión y emprender el viaje hacia Pamplona.

Aún así, las intenciones del técnico parecen claras y todo hace indicar que el equipo que salga de inicio ante Osasuna será el mismo que ganó en Vitoria. Cúper no es partidario de introducir cambios cuando las cosas funcionan y no va a forzar en absoluto un engranaje que se mueve por impulsos. Así lo hizo tras las victorias ante Real Sociedad y Cádiz, cuando calcó el equipo con el que se había impuesto en la jornada anterior aplicando el bisturí sólo en las zonas en las que era estrictamente necesario por lesión o sanción. Las molestias de Cortés han sembrado de dudas la pizarra del técnico, ya que la defensa es la única línea del equipo que no puede permitirse el más mínimo movimiento. Con Alessandro Potenza y Eduardo Tuzzio apurando sus horas en la enfermería, a Cúper no le va a quedar más remedio que apostar de nuevo por Fernando Navarro para actuar en el eje de la zaga y trasladar a Pancho Maciel al lateral izquierdo. Teniendo en cuenta que Ballesteros no entra en los planes del técnico las opciones de recambio del técnico son nulas, por lo que la salida del equipo de Cortés haría necesario retrasar la posición deGuille Pereyra o echar mano de la cantera, algo muy poco habitual hasta la fecha.