El Real Mallorca ha vivido una interesante metamorfosis en la
factoría de talentos de Son Bibiloni y ha sentado las bases de un
proyecto de futuro basándose en la experiencia. Y es que hasta seis
ex jugadores del primer equipo bermellón están enrolados en el
organigrama técnico de la entidad isleña, que pretende nutrir a sus
jugadores con el buen hacer que demostraron sobre un terreno de
juego Julián Ronda, Javier Olaizola, Marcos Martín, Vicente
Engonga, Óscar Montiel y Gustavo Siviero.
Han dejado atrás la rutina del futbolista de entrenamientos,
concentraciones y partidos, sus nombres han perdido presencia en
los medios de comunicación y la mayoría cuenta con algún kilo de
más, pero todos comparten una ilusión incluso mayor que en algunas
fases de su etapa como jugador. Disfrutan enseñando lo que les
llevó a vestir la elástica mallorquinista y rebosan ganas de
trabajar en favor de la cantera. Ahora entienden los errores que
cometieron, valoran lo que consiguieron y confieren una perspectiva
privilegiada a las plantillas que entrenan y con las que colaboran
en el día a día.
Gustavo Siviero cruzó la frontera hace apenas medio año cuando
dejó el Albacete y recibió la llamada de Cúper para convertirse en
su ayudante. En muy poco tiempo ha conocido su nueva vocación y ya
distingue las diferencias entre dos profesiones vinculadas y
diferentes: «Hay más cosas que tener en cuenta y en las que pensar.
El trabajo no termina porque hay que estar pendiente de otras
cuestiones no sólo del campo y los entrenamientos. Es una actividad
apasionante y muy linda que no pensaba que me iba a gustar
tanto».
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