Héctor Cúper gesticula durante una reciente comparecencia. Foto: MONSERRAT

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El Mallorca se despertó ayer de nuevo en los suburbios de la Liga. Después de viajar durante algunas semanas en los vagones centrales de la clasificación, el grupo balear regresó de Zaragoza con los bolsillos cargados de plomo, después de una derrota propiciada otra vez por los errores individuales. Lejos de claudicar ante los números -cerró en La Romareda la quinta peor primera vuelta de toda su Historia en Primera División-, Vicenç Grande y su grupo de trabajo comenzó a diseñar un plan de choque, una revolución de entradas y salidas trazada con el objetivo de enderezar el rumbo en la segunda ronda del torneo que arrancará el próximo domingo en Riazor.

La primera consecuencia inmediata afectará a dos jugadores: Adrián Peralta y Sergio Ballesteros. El club está realizando gestiones para acelerar las salidas de ambos jugadores, que se muestran reaciones a abandonar la entidad. Y no se descartan que puedan producirse más bajas...Con Pisculichi ya en el vestuario y la secretaría técnica escrutando el mercado en busca de un delantero centro, existe un excedente de delanteros. El griego Lampros Choutos no entró en la convocatoria para el partido disputado el pasado domingo en Zaragoza y otro delantero, el gaditano Yordi González, fue el jugador descartado de la lista de diecinueve futbolistas.

El segundo punto de este plan también incidirá directamente en los inquilinos del vestuario. Y es que el Mallorca quiere apuntalar la plantilla con dos jugadores contrastados, un central y un delantero centro, para dotar al grupo del salto de calidad. El primero en la lista para reforzar la línea defensiva es el portugués José Carlos de Araujo Nunes (más información en la página 47). El central del Sporting de Braga, de 28 años, es la opción número uno y hoy mismo podría estampar su firma y convertirse en el segundo refuerzo del mercado de invierno.