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La pasada temporada acabo de consagrar a Alejandro Valverde (Las Lumbreras, Murcia, 1980) como una de las grandes figuras del ciclismo mundial. Su victoria de etapa en el Tour, la última derrota de Lance Armstrong, disparó las expectativas sobre su progresión e hizo que el nombre del Illes Balears diera la vuelta al mundo. La lesión de rodilla y la plata en el Mundial de Madrid marcaron el final de un curso que justificó la fuerte inversión realizada con su contratación. Ahora, asume la jefatura de filas en solitario y concentra sus esfuerzos en la ronda gala y en cumplir las expectativas que el Caisse d'Epargne-Illes Balears ha depositado en él. Valverde echa a rodar en Mallorca, donde se cocinan buena parte de los éxitos que brindará al deporte del pedal a lo largo del curso.

-Supongo que esta temporada se la tomará con más calma...
-Por el momento, he entrenado menos que el año pasado, me convenía descansar. A estas alturas, tengo claro que debo dosificarme mejor y estos días empezaré a ponerme a punto, pero sin muchas prisas porque la temporada es larga y todavía ni ha empezado. En la Challenge, saldré dos días a rodar, nada de luchar por la general. Es una prueba que me gusta, y que a estas alturas viene bien para coger el tono, su formato es el ideal. Ahora me voy a tomar las cosas con más tranquilidad y calma. La experiencia del año pasado me ha servido de mucho.

-¿Qué recuerdos le trae Mallorca?
-Inolvidables. Aquí gané mi primera carrera importante como profesional y por ello tardaré en olvidar la Isla. Siempre tendré a la Challenge muy presente. Además, han sido muchas pretemporadas y carreras... Y es un lugar ideal para entrenar en invierno, y para vivir todo el año, porque además aquí se nota que la gente entiende de ciclismo, y nos sentimos como en casa, de hecho para el equipo es como un segundo hogar por la vinculación y el apoyo que siempre nos ofrece el Govern.

-Para el Tour usted es fijo pero, ¿qué otros desafíos se plantea?
-Es evidente que al Tour este año debo ir a por algo más. Ya no me asusta, aunque no puedo perder la perspectiva y debo seguir aprendiendo, todavía soy joven y esta carrera es muy exigente, más de lo que la gente se pueda pensar. De la Vuelta a España ya hablaremos, pero por el momento voy a coger kilómetros, y si puede ser a ganar, a las clásicas, en las que me desenvuelvo con comodidad. Después está el Mundial, que supone una motivación añadida, porque este año pasado me quedé a nada y dos platas me hacen pensar que puedo ganar el oro, ¿por qué no?. Lo demás, ya se verá sobre la marcha.

-¿Se vé en lo más alto del podio de los Campos Elíseos?
-No, ¡qué va! Que voy a darlo todo, de eso que nadie tenga duda porque la motivación que te ofrece el Tour no la encuentras en otras carreras. Al podio siempre puedo aspirar, pero ganarlo sin haberlo acabado todavía, me parece aventurarse demasiado, pero soñar no cuesta nada. A lo mejor me equivoco, pero será en plena carrera cuando veamos cuáles son las opciones de cada uno. Mientras, hay que ser cautos porque la carretera te da muchas alegrías, pero también alguna que otra decepción que no te esperas.

-Le voy a poner en un apuro. ¿Quién es su favorito para recoger el testigo de Lance Armstrong?
-Lance ha hecho historia, consiguió algo que va a costar mucho igualar, pero yo sigo viendo como aspirantes a los mismos del año pasado. Basso, Ulrrich... Menos a Armstrong, claro está. Se va a notar su ausencia porque imprimía su personalidad y la gente ya se había acostumbrado a verle de amarillo. Ahora son muchos los que quieren ese honor, y sólo uno lo podrá conseguir. Eso hace que la dificultad sea mayor.

-Este Caisse d'Epargne-Illes Balears tiene muy buena pinta...
-La base de la plantilla había demostrado que posee calidad, pero las nuevas incorporaciones nos ayudan a dar un paso al frente. Pereiro, Rodríguez, Zaballa, Markov... Hay buena materia prima y en todas las carreras se nos deberá tener en cuenta porque, al margen de la historia que arrastra el equipo, el presente y el futuro están aquí bien representados.

-¿Qué opinión le merece todo lo que rodea al «Caso Heras»?
-Es un tema muy difícil del que prefiero no hablar, pero la lástima es que el ciclismo es el que siempre sale perdiendo. Eso es lo que nos duele a los profesionales.

-El ciclismo español cada vez exporta más talentos. ¿Está de moda?
-Se demuestra que es un país en el que se trabaja bien desde la base y los resultados llegan en todas las disciplinas. En profesionales, siempre estamos delante y es normal que grandes equipos del extranjero se fijen en los ciclistas españoles. Son un buen producto y no es casualidad que los mejores equipos del mundo tengan representación de nuestro país en sus filas. Freire, Sevilla o Beltrán... Son nombres importantes en equipos con peso dentro del pelotón internacional y se lo han ganado.

-Es el caso de Paco Mancebo, el gran ausente esta temporada en la concentración del equipo.
-Su trayectoria le avala. Es un corredor enorme y puede pelearse con los mejores. Es un rival que motiva a todos y al que debemos tener en cuenta siempre. Le vamos a echar de menos en el día a día, y sé que él sabe que todos deseamos de corazón que tenga toda la suerte del mundo... Pero que nos deje pasar por delante a nosotros (ríe). Es un adversario a tener en cuenta en el próximo Tour. Siempre está ahí y en 2006 no será una excepción.

-¿Y qué me dice de sus compañeros mallorquines? Se han ganado a pulso un hueco...
-Tenía buenas referencias de ellos y la verdad es que no eran falsas. Reynés tiene una gran proyección y se le ven ganas. De Horrach, decir que su presencia da un ambiente más agradable al grupo y en carretera es un trabajador. Colom siempre plantea batalla, y seguro que los tres vana darnos algunas alegría más. Siempre cumplen con su trabajo y eso lo tienen en cuenta los técnicos. Por eso están aquí y tienen su protagonismo.