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El fútbol nórdico, representado en las selecciones de Suecia y Dinamarca, se presenta como la principal traba para España en el intento de acceder por cuarta vez consecutiva a la ronda final de una Eurocopa, según el sorteo de la fase de clasificación de 2008 celebrado ayer.

Los resultados de España en las rondas previas de la Eurocopa 2004 y el Mundial de Alemania 2006, en las que tuvo que superar la repesca frente a Noruega y Eslovaquia, respectivamente, relegaron a los españoles al bombo 2 del sorteo de hoy, lo que les permitió eludir un cruce con equipos como Alemania e Italia y recalar en el accesible grupo F, donde también figuran Letonia, Islandia, Irlanda del Norte y Liechtenstein.

España, una de las nueve selecciones que ha sido campeona de Europa gracias al histórico triunfo de 1964 (2-1) frente a la antigua Unión Soviética, espera solventar la fase inicial de la competición para acceder a la final, en la que entrarán los dos primeros de cada grupo y sin opción de repesca.

Los de Luis Aragonés, que el verano próximo volverán a probarse en el Mundial de Alemania contra Ucrania, Túnez y Arabia Saudí, tratarán de borrar la discreta actuación de Portugal 2004, donde no pasó de la primera fase.

Su tercer puesto en el grupo A, comandado entonces por Portugal y Grecia -al final subcampeón y campeón del torneo- mandaron de vuelta mucho antes de lo previsto al equipo de Iñaki Sáez, que asumió el mando de la absoluta tras la marcha de José Antonio Camacho después del Mundial de Corea 2002.

La opción de la repesca también ha permitido a España mantenerse en la elite mundial y estar el próximo verano en Alemania 2006, en cuyo sorteo, dirigido no como el de ayer, entró como cabeza de serie junto a Brasil, Alemania, México, Inglaterra, Francia e Italia.

España siempre ha permanecido fiel a la Eurocopa salvo en el año español por excelencia, 1992, en el que los Juegos de Barcelona y la Expo de Sevilla no se vieron acompañadas por la selección en Suecia 92, donde Dinamarca dio la campanada al ganar su primer título en un torneo al que accedió de rebote por la ausencia de Yugoslavia causada por la guerra.

Por aquel entonces fue Francia, dirigida por Michel Platini y con los goles de Luis Fernández y Jean Pierre Papin (1-2) privó a España de entrar en la fase final, a la que sí accedieron los galos y Checoslovaquia.