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La Guardia Civil continuó ayer el interrogatorio de los cinco detenidos por su relación con una supuesta trama de dopaje en el ciclismo, uno de los cuales, el director del equipo Liberty Seguros, Manuel Saiz, quedó en libertad, aunque sujeto a un posible requerimiento judicial posterior. A la espera de que puedan pasar a disposición judicial en las próximas horas las cuatro personas que continúan en las dependencias de la Guardia Civil, las pesquisas se centran en el análisis del abundante material incautado en los seis registros practicados anteayer. Fuentes de la investigación informaron de que la puesta en libertad de Saiz, que fue arrestado en Madrid junto al médico Eufemiano Fuentes y a José Luis Merino, responsable de un laboratorio de análisis clínicos, se produjo, ya que las razones de su arresto se relacionan más con una presunta relación como supuesto «cliente» de la trama que como «responsable» de la misma.

Además de Fuentes y Merino, continúan en dependencias de la Guardia Civil el corredor profesional de bicicleta de montaña Alberto León -detenido en El Escorial (Madrid)- y el director adjunto del equipo Comunidad Valenciana, José Ignacio Labarta, quien fue arrestado en Zaragoza. La Dirección General de la Guardia Civil confirmó en un comunicado las detenciones efectuadas el martes en el marco de la denominada «Operación Puerto», así como que la trama gira en torno al denominado «dopaje sanguíneo» consistente en la elevación artificial de la proporción de glóbulos rojos en sangre que permite elevar la resistencia de los deportistas.

Así lo indica que, entre los efectos intervenidos, destaquen más de cien bolsas de sangre congeladas y productos de laboratorio para su manipulación, además de máquinas para la congelación, almacenamiento y centrifugado de las mismas; otras cien bolsas con plasma y material para transfusiones. La Guardia Civil explica que esta práctica ilegal se lleva a cabo mediante la extracción de sangre a los deportistas durante el período de entrenamientos y, tras su manipulación y congelación, el concentrado se les inyecta posteriormente durante la competición. Estas «autotransfusiones» suponen, además de un fraude en la competición, un riesgo para la salud, según la nota de la Guardia Civil, ya que se incrementa la viscosidad de la sangre y el sistema circulatorio debe realizar un mayor esfuerzo para impulsarla.