ESPAÑA
(28+19+18+24):
Calderón (4), Navarro (22), Jiménez (5), Garbajosa (4), Pau Gasol (25) -cinco inicial-, Reyes (4), Sergio Rodríguez (2), Fernández (10), Marc Gasol (7), Mumbrú (4), Berni Rodríguez (2) y Cabezas (0).
LITUANIA (11+19+12+25):Kalnietis (14), Kleiza (15), Zukauskas (5), Songaila (2), Dariujs Lavrinovic (17) -cinco inicial-, Delininkaitis (4), Javtokas (0), Macijauskas (0), Jasaitis (0), Gustas (2) y Kryzstof Lavrinovic (8).
Arbitros:Mercedes (DOM), Maranho (BRA) y Pukl (SLO).
Jorge Muñoa|SAITAMA
España sacó de la pista a Lituania encabezada por dos soberbios Pau Gasol y Juan Carlos Navarro y selló el pase a las semifinales del Mundial 2006, la antesala de las medallas, la seguridad de poder pelear, como poco, por el bronce y de haber igualado el cuarto puesto de Colombia'82, la mejor clasificación mundialista de la historia.
La selección española salió como un vendaval. A por el partido. Sin tregua. Sin concesiones. Rebosante de ambición, de ganas, de hambre. Lanzada a por el triunfo. Titánica en defensa. Barrió a los lituanos. Juan Carlos Navarro y Pau Gasol de abanderados, de ejecutores. Una asociación maravillosa y letal para cualquier adversario.
Navarro clavó la primera banderilla desde los 6'25 metros. Le siguió Carlos Jiménez. 6-0 en la tarjeta de presentación para los bálticos a los dos minutos. A los cinco, una falta antideportiva de Darijus Lavrinovic para cortar el camino en solitario hacia el aro de Jorge Garbajosa forzó al técnico lituano, Antanas Sireika, a pedir tiempo muerto.
Los dos tiros libres del nuevo jugador de los Toronto Raptors y dos puntos posteriores de José Manuel Calderón establecieron diez tantos de diferencia en seis minutos de partido (17-7). Lituania chocaba contra una defensa de libro y sufría un ataque demoledor. España brillaba como el sol. Cegaba a una selección lituana empequeñecida por el ímpetu, la categoría y la voracidad del baloncesto español. Da gusto ver jugar a este equipo nacional. Es un placer observar el trabajo del cuerpo técnico, las rotaciones, la intensidad de todos y cada uno de los jugadores, la forma en la que todo confluye y se convierte en un equipo. Con 23-11 Navarro firmaba sus diez primeros puntos. Los lituanos ya no volvieron a anotar en el primer cuarto, cerrado en diecisiete puntos de ventaja para el cuadro español (28-11).
La ventaja aumentó por encima de los veinte (32-11) en los compases del segundo tramo. Darijus Lavrinovic, el rocoso pívot báltico que lidera al Zalgiris Kaunas, aparecía al frente de la lista de anotadores de su equipo: seis puntos. Lituania sobrevivía a duras penas.
Un codazo en la garganta de Arvidas Macijauskas a Rudy Fernández hizo temer por la integridad física del alero del Joventut durante unos segundos angustiosos. Rudy quedó tendido en el suelo sin poder respirar. El susto despistó a España, pero la diferencia y, más que nada, la absoluta superioridad sobre los chicos de Antanas Sireika, hizo que España recuperase el ritmo de inmediato.
Un 9-0 devolvió la veintena de ventaja al marcador (45-25 m.19). Pau Gasol y Navarro reunían juntos más puntos que todo el equipo lituano (veintiséis por veinticinco). Era un paseo. Un paseo en los cuartos de final de un Mundial. Ahí es nada.
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