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Ariel Ibagaza vuelve a sonreir. El centrocampista argentino se unió ayer oficialmente a la plantilla del Real Mallorca y hoy, tres años después de su marcha, regresará a la ciudad deportiva de Son Bibiloni para ponerse a las órdenes de Gregorio Manzano y recuperar el tiempo perdido. El Caño, que finalmente se ha comprometido con la entidad balear hasta el 30 de junio de 2007, se convierte así en la séptima incorporación de la plantilla y en la guinda de un proyecto que se ha revalorizado con el paso de los días. El centrocampista argentino no necesita presentación, pero el fichaje más mediático de los últimos tiempos requería una puesta en escena particular. Y la tuvo. Ibagaza llegó al ONO Estadi acompañado de su representante, Alejandro Camaño, y a su entrada generó una expectación desconocida hasta el momento en la Isla. Allí le esperaban una treintena de aficionados (alguno ya con la nueva camiseta oficial y su nombre a la espalda), que quisieron seguir in situ la presentación del jugador y que le dedicaron una sonora ovación durante la rueda de prensa. Algo insólito en este tipo de actos cuando la protagonista es la SAD balear.

Antes de eso, Ibagaza había protagonizado una jornada completa en la que tuvo que liquidar todos los trámites necesarios para que su fichaje cristalizara. A primera hora de la mañana superó sin problemas las pruebas médicas a las que le sometió el doctor Joan Pericàs y poco después se desplazó a las oficinas del Mallorca para rubricar junto a Pere Terrassa el contrato que le ligará a la entidad balear hasta el verano que viene.

Horas más tarde, Ibagaza volvió a comparecer publicamente, esta vez ya como jugador mallorquinista a todos los efectos. Una vez encima de la tribuna de oradores explicó las razones que han propiciado su vuelta: «Ultimamente había estado en contacto con el presidente porque mi intención era venir al Mallorca, aunque antes quería arreglar mi situación con el Atlético de Madrid. Tenía ilusión por volver y me convenció el presidente, que me habló de un proyecto muy interesante. Ahora estoy orgulloso de estar otra vez aquí porque esta gente se lo merece todo», apuntaba.