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Tolo Jaume
Será difícil evitar que el poso de sufrimiento de las dos últimas temporadas se borre de la grada, pero en el primer partido oficial en el ONO Estadi se respiró un optimismo moderado. Y es que la afición ve con buenos ojos las incorporaciones realizadas y en especial, la de Ibagaza, tal como se pudo comprobar con una de las ovaciones más sentidas que se recuerdan en el recinto municipal.

El protocolo marcó los prolegómenos del partido, ya que la proximidad de la Diada de Mallorca propició que aparecieran en la gran un destacado número de banderas de la Isla y que sonara por megafonía el himno mallorquín, aunque lo cierto es que fueron muy pocos los seguidores que se levantaron. También hubo momento para los homenajes, uno póstumo antes del inicio en recuerdo a Jordi Crespí Pizá, que fue jugador bermellón en la temporada 1953-54, y otro al descanso a Rudy Fernández.

El juego de los hombres de Gregorio Manzano conectó con los aficionados en el primer tramo del encuentro y cuando Ariel Miguel Ibagaza destiló el mejor fútbol del encuentro, pero también mostró cierto descontento cuando el fútbol escaseó en ciertas fases de un choque.

El club que preside Vicenç Grande cifró en más de 16.000 espectadores la asistencia del estreno oficial de la denominación del ONO Estadi y los seguidores bermellones, que tuvieron tiempo para celebrar y pitar los goles que se producían en el Ciutat de Valencia entre el Levante y el Valencia, estrenaron en varias zonas habituales de los peñistas nuevas pancartas para el nuevo curso en el que todos aspiran a no sufrir.