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Fernando Fernández
Los ecos de la gesta de Jorge Lorenzo han atravesado el Atlántico y se oyen con fuerza en Venezuela, incluso en Brasil. Tanto que el padre del campeón, quien le enseñó a pilotar y la persona que puso en sus manos una moto a los tres años, no descarta dar el salto a la otra orilla del Atlántico.

Chicho Lorenzo, quien en la actualidad es el responsable de una escuela de pilotaje con epicentro en el circuito de Llucmajor, podría trasladar su centro de operaciones hasta Venezuela, con el fin de pulir los talentos de la cantera motociclista de aquel país. Antecedentes no le faltan, pues Chicho nació en Caracas, en 1958, y todavía conserva a familiares directos por aquellas latitudes, pese a que a los dos años, tuvo que regresar a Galicia con sus parientes más cercanos.

Su amistad con un periodista de aquel país, quien sigue desde hace unos años las evoluciones de Jorge en el Mundial, le ha abierto las puertas de Venezuela, hacia donde espera poder desplazarse en cuestión de meses meses para presentar a las autoridades su proyecto de escuela de iniciación y tecnificación del motociclismo, a semejanza del que capitanea con enorme aceptación en Mallorca.