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El Manchester United, un clásico del fútbol continental y vigente dominador de la Premier, logró con autoridad disipar la incertidumbre y la amenaza de la eliminación gracias a un triunfo contundente contra el Benfica, que propició el pasaporte para los octavos de final de la Liga de Campeones.

El cuadro de Alex Ferguson completa el pleno del fútbol de Inglaterra. Junto al Arsenal, el Liverpool y el Chelsea. Es la mayor representación en el viejo continente. Le sigue el fútbol italiano (Roma, Inter y Milan) y el español (Barcelona, Real Madrid y Valencia). Francia estará con dos representantes (Lille y Lyon) en el sorteo de octavos del próximo día 15. El resto son un alemán (Bayern Múnich), un holandés (PSV), un escocés (Celtic) y un portugués (Oporto).

Y eso que el Manchester tuvo que enmendar el duelo, torcido tras el tanto de Nelson a la media hora. Fue fundamental el tanto de Vidic en el descuento de la primera parte. Después, el escocés Ryan Giggs y el francés Louis Saha redondearon la faena, metieron a su equipo en octavos y cortaron las opciones del Benfica, fuera de la competición.

El Milán de Carlo Ancelotti perdió en su feudo su único encuentro hasta el momento y el Lille logró su sueño de pasar a los octavos de final. Para clasificarse, el conjunto francés precisaba lograr en San Siro un mejor resultado que el que lograse el AEK Atenas en su visita al Anderlecht. Y lo consiguió; con holgura por lo que respecta a su partido, y con agonía en lo que atañe a los últimos minutos vividos en tierras belgas. Como era de esperar, el Lille salió agresivo, buscando decantar pronto las cosas a su favor y mirar de reojo cuanto aconteciera en tierras belgas. Y supo muy pronto que enfrente estaba un indolente Milán, equipo que no se jugaba nada al estar ya clasificado y con la seguridad de ser primero del grupo.