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Fernando Fernández
No sólo el acabar segundo en Estambul y por detrás de Dovizioso suponía para Jorge Lorenzo un estímulo añadido a la hora de afrontar el Gran Premio de China. La cuarta manga del Mundial llevaba consigo un contenido de enorme valor estratégico a la hora de apuntalar el liderato del Campeonato del cuarto de litro. El piloto mallorquín sabía perfectamente que si ganaba en Shanghai, daba otro paso al frente en su reto personal a la historia del motociclismo.

Después de totalizar dos victorias (Qatar y Jerez) y un segundo lugar en Turquía, disponía el número uno de una oportunidad ideal para seguir redactando algunas de las páginas más gloriosas del deporte de las dos ruedas en nuestro país. Jorge ya demostró a lo largo del fin de semana que nadie podía rodar más rápido que él en el Gran Premio de China y su Aprilia estuvo a la altura del reto y de las circunstancias. «Pole», vuelta rápida y primera plaza que redondean un fin de semana perfecto.

Tanto que Lorenzo, con quince triunfos en el Mundial (incluyendo los logrados en 125 y 250 centímetros cúbicos, 4 y 11, respectivamente), se permite el lujo, con veinte años y un día -horas después de su cumpleaños, celebrado a lo grande con la «pole»- de alcanzar al mítico Sito Pons, que también acumula quince triunfos en su carrera dentro del motociclismo mundialista. Así, Jorge se convierte en el sexto piloto español con más primeras posiciones en carrera en su haber. Todo un logro.