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Miquel Alzamora El partido del verano se juega en Palma. El ONO Estadi albergará uno de los choques más atractivos del mes de agosto con la disputa del Trofeu Ciutat de Palma entre el Real Mallorca y el Bayern de Múnich. El nuevo proyecto de Vicenç Grande salta ha escena mañana martes (22:00 horas - IB3 TV) y lo hace frente a uno de los equipos con mayor cartel del fútbol europeo, el Bayern dirigido por Ottmar Hitzfeld.

La “tecnología alemana" aplicada al fútbol aterriza en la Isla con el objetivo de mantener firme su posición de equipo grande. El Mallorca por su parte examina su credibilidad en un partido exigente y que necesitará de la máxima concentración para sacarlo adelante. No es un partido fácil, nada más lejos de la realidad. El Mallorca quiere ponerse a prueba frente a un rival de entidad, en cuyas vitrinas se acumulan los trofeos de forma casi insultante. 20 Bundesliga, 13 Copas de Alemania y 4 Ligas de Campeones, son los hitos más importantes de su historia. En sus filas nombres como los del portero Oliver Khan, o los recién llegados Miroslav Klose, Lucas Podolski, Luca Toni o Franck Ribéry, completan una nómina de estrellas que convierten en temible a la escuadra alemana.

El equipo balear se exige la victoria y también una imagen de cohesión, dos objetivos muy ambiciosos para un equipo que acumula todavía poca carga de trabajo en relación a su rival este martes.

Al igual que ocurrió el pasado verano con la presencia del Ínter de Milán, el club ha tomado ha preferido un examen fuerte a uno de más sencillo para debutar ante los suyos. El partido es a todas luces muy atractivo y la plantilla sabe que este trofeo, “su" trofeo, es una piedra de toque para la afición y también para el propio vestuario.

Empeñados en corregir el problema del gol, el club ha firmado a hombres como Pierre Webó o Dani Güiza con el fin de aumentar la mordiente en la delantera. Sin embargo éste último todavía no está a la par de sus compañeros, mientras que Juan Arango apenas lleva tres días entrenando a pleno rendimiento tras las tardías vacaciones de las que disfrutó después de disputar la Copa América con Venezuela. Sin David Navarro, todavía sancionado por la UEFA, el Mallorca se asemejará bastante al equipo de la Liga, pero todavía faltarán argumentos para calibrar el verdadero nivel del grupo de Gregorio Manzano.