Francesc Antich, Mateu Alemany y Mateu Cañellas, minutos antes del cónclave que mantuvieron en el Consolat de la Mar. Foto: PERE BOTA

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No hubo compasión. Mateu Alemany disparó a discreción al torso de Jaime Lissavetzky, a quien acusó de acariciar un delito de prevaricación. El líder de la Plataforma Federación de Todos, opositora al mandato de Àngel María Villar en la RFEF, fue inmisericorde con el actual secretario de estado para el Deporte, a quien ha vetado como interlocutor y mediador del conflicto que late desde hace meses en el fútbol español. El antiguo mandatario del Mallorca, que ayer fue recibido en el Consolat de la Mar por el president Francesc Antich, reiteró su denuncia en torno a la «situación de ilegalidad» que se vive en los despachos de la RFEF y la complacencia que está mostrando hasta ahora el CSD.

Alemany anunció que los juristas de su candidatura se están preparando para interponer un contencioso administrativo ante el silencio y la falta de eficacia que está exhibiendo el Consejo Superior de Deportes. «Recientemente hemos remitido una carta al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para explicarle la problemática relativa al proceso electoral en la RFEF. Después de todo lo que ha sucedido, ya no consideramos un interlocutor válido a Jaime Lissavetzky. Ahora mismo estamos esperando que se cumplan una serie de plazos; seguiremos denunciando lo que haya que denunciar y probablemente iniciaremos un contencioso administrativo», aseguró Alemany.

El abogado mallorquín explicó: «Nosotros no entendemos lo que ha ocurrido ni tampoco entendemos la actitud que ha adoptado el secretario de estado para el Deporte. Desde el mes de enero tiene sobre su mesa todas las denuncias que le hemos ido presentando y no ha hecho caso absolutamente de nada. Tampoco hemos recibido una sola contestación. La única federación que ha incumplido y está incumpliendo una orden ministerial es la de Fútbol. No hay elecciones y evidentemente nuestro grupo está siendo perjudicado. De todas formas, creo que el gran agraviado en todas esta historia es el propio fútbol español. Todo este tipo de actuaciones deben depurarse. A mi no me gustaría tener que llegar a los juzgados, pero si es necesario llegaremos».

Para Alemany, el hermetismo que está mostrando desde hace varios días la Junta de Garantías Electorales -organismo adscrito al CSD y que vela por el ajuste a derecho de los procesos electorales de las federaciones deportivas- es un claro síntoma de que las irregularidades de la actual directiva de la RFEF son manifiestas. «Si todo esto sigue así, Lissavetzky está a punto de cometer un presunto delito de prevaricación».