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F.F.|PEKIN
Ya están todos. Al menos, la delegación española de ciclismo en pista. Con el aterrizaje de Joan Llaneras en Pekín, los Juegos reciben a uno de sus grandes iconos. Doble medallista olímpico en puntuación (oro en Sydney y plata en Atenas) y siete veces campeón del mundo, el de Porreres es uno de los fijos en las quinielas del equipo nacional y llega dispuesto a todo. No en vano, el futuro director técnico del Palma Arena ha marcado en rojo la que será su última gran cita. Tras los Juegos tiene previsto colgar la bicicleta a sus 39 años, aunque no descarta seguir hasta final de año participando en algunos critériums y pruebas de seis días que reclamen su presencia.

Joan quiere una medalla, si es posible el oro. Y si puede ser, dos preseas que adornen uno de los historiales más brillantes que recuerda el deporte español. En ciclismo el que más. Tras un maratoniano viaje, habiendo perdido una maleta y con cansancio acumulado en el físico, el mallorquín apareció en la capital China a poco más de cien horas para su estreno en la carrera a los puntos (sábado 16, 11:40 horas en España). Con el tiempo justo para aclimatarse al horario y rodar estos días sobre la madera del velódromo de Laoshan, donde en la Copa del Mundo test realizada el pasado invierno se colgó la medalla de oro (buen presagio), Joan se muestra «optimista. Llego con el trabajo realizado y sólo me falta pulir muy pequeños detalles. Ha llegado el momento y tengo ganas de competir. Llevo mucho tiempo esperando estos Juegos, y me encuentro motivado, me veo con posibilidades», explicaba el pistard, líder indiscutible de la selección que dirige Dídac Navarro, y donde coincidirá con los otros dos baleares en liza, Toni Tauler "con quien correrá la americana el día 19 (11:30 en España)- y David Muntaner.

El mallorquín quiere cerrar su paso por los mejores eventos del ciclismo en pista «haciendo algo grande», y su prioridad ahora mismo en Pekín es «adaptarme cuanto antes al horario, al clima y coger el tacto a la pista», que definió como «buena y rápida».

Como aperitivo a lo que le espera, fue requerido, como otros muchos deportistas "y como siempre los ciclistas los que más- para pasar un control a su llegada, que sufrió un considerable retraso respecto al horario previsto, pero que supone la aparición en escena de uno de los más grandes, de todo un líder que en la prueba de puntuación será la rueda a vigilar de cerca, y que en la Madison, la carrera que marcará su adiós, ha optado por la experiencia y el motor Diesel de Tauler, dada la baja por lesión del que debía ser su compañero, y lo fue en la clasificación de la pareja española para los Juegos, Carles Torrent, lesionado.

Con el equipaje cargado de ilusiones y ganas de no volver de vacío por terceros Juegos Olímpicos consecutivos, además de la presión de ser el más temido, Llaneras cuenta las hora para cautivar todas las miradas de Laoshan, depositando el grueso de sus opciones en la especialidad que le ha visto brillar en el panorama olímpico: la puntuación. Allí buscará revancha con el ruso Ignatiev, oro en Atenas, y recuperar el cetro perdido en la capital griega, para despedirse recordándoles a los que todavía no lo saben quién es el rey de la pista.

Las sensaciones del mallorquín, que en Pekín acumulará sus cuarta participación en unos Juegos (es olímpico desde Atlanta 96) son «buenas» y espera «dos pruebas duras, no será nada nuevo, pero yo siento que tengo una motivación añadida y he trabajado mucho y bien para conseguir el mejor pico de forma de cara a los próximos días», afirmaba Joan en vistas a las dos especialidades capitales dentro del fondo en la pista, en las que España y el medallero se encomiendan a un ciclista que suele fallar pocas veces cuando se lo propone.