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Miquel Alzamora El presidente del Real Mallorca, Vicenç Grande, no tiene "al menos de momento" pensado presentar la dimisión de su cargo 24 horas después de recibir un sonoro abucheo en el estadio de Son Moix en el momento en que iba a dirigirse a los aficioanados en el acto de presentación del primer equipo.

Si bien las acciones del todavía propietario del club son impredecibles, fuentes cercanas a Grande aseguraron a esta redacción que por su cabeza «en ningún momento se ha planteado dimitir». Otra cosa es lo que pueda hacer cuando haya hecho efectivo el traspaso de podereres a Paul Davidson, aunque la idea inicial y que también de momento mantiene, es la de continuar ocupando el puesto de presidente tal y como está acordado entre el empresario inglés y el responsable del club balear.

Tal y como dijo el propietario del club a la conclusión del partido, su intención pasa por ganar tiempo y esperar que la reacción del equipo desde el punto de vista depotivo haga cambiar los pitos por aplausos. Grande, al menos en sus comparecencias públicas, extrapola única y exclusivamente el enfado de la afición a los últimos acontecimientos deportivos, es decir, a la venta del paquete mayoritario de futbolistas que llevaron al equipo a situarse en séptima posición la pasada temporada. En opinión de José Miguel García, uno de los accionistas del club y miembro del Consejo con un paquete de algo más de tres por ciento de las acciones, los abucheos se deben a un estado general de incertidumbre en el que no sólo hay que poner en la balanza el aspecto puramente deportivo. «Pienso que la gente con esta reacción exteriorizó su malestar y su temor a saber qué ocurrirá con el club. El tema de Davidson no hay que mantenerlo al margen en la reacción de la gente, aunque yo prefiero no opinar al respecto y esperar acontecimientos», puntualizó García. En su opinón, el club ni Grande nada pueden hacer si viene un equipo y paga la cláusula de un futbolista como es el caso de Borja. «Hay una buena plantilla, incluso si se va Borja y se ficha un delantero, el equipo tiene recursos para salir adelante», comentó.

Miquel Vaquer, miembro también del Consejo de Administración señaló respecto a la sonora pitada que recibió el presidente que «esto se tiene que aceptar y punto. La afición tiene derecho a manifestar lo que piensa y creo que hay que esperar. El presidente pidió tranquilidad y hay que ver cómo empieza la Liga y confiar en el equipo», dijo.

Sin embargo, no todo el entorno del presidente dentro y fuera del club es tan complaciente con Grande. Son varios los que apuntan a que la situación amenaza con el «desastre» si no varía inmediatamente el rumbo y el máximo accionista decide abandonar la escena pública, algo que no está decidido a hacer, al menos en estos instantes. Mientras tanto, Davidson sigue adelante con su idea de comprar el club, algo que será efectivo antes de día 1 de septiembre. A partir de esa fecha la idea inicial de Grande es la de seguir en la presidencia, aunque gran parte de su entorno empieza a poner en duda que esto sera realmente así debido al nivel de presión y tensión que está rodeando su figura en estos momentos.