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Fernando Fernández |PEKÍN
La despedida definitiva del olimpismo de Joan Llaneras no podrá tener un colofón de mayor calado. La trayectoria del pistard natural de Porreres, que a sus 39 años cierra una excepcional carrera deportiva en los Juegos de Pekín, se verá recompensada con el honor de ser el primer balear en toda la historia que hará el papel de abanderado en la ceremonia de clausura de los Juegos de la XXIXª Olimpiada, que concluyen hoy en la capital china. El COE hizo pública su decisión en la jornada de ayer, haciendo valer de nuevo los criterios deportivos sobre los mediáticos, que otras naciones sitúan por encima de los merecimientos de los protagonistas de uno de los papeles más cotizados dentro del equipo español.

De hecho, Llaneras era el elegido para portar la enseña nacional en la ceremonia de apertura de Pekín 2008, pero la planificación del ciclista de cara a las pruebas de puntuación y americana le llevó a aterrizar en el escenario de los Juegos el pasado día 12, en la cuarta jornadas de competición. La renuncia de Gervasio Deferr, alegando motivos deportivos, dejaba en bandeja ese honor en manos de Llaneras, ya que por currículum (hasta Pekín oro en Sydney y plata en Atenas dentro de la prueba de puntuación) era, en activo y tras Deferr (oro en gimnasia, en el ejercicio de suelo en Sydney y Atenas), el más laureado a escala olímpica, pero Joan no llegó a tiempo para disfrutar del arranque del evento deportivo más grande del planeta.

A su dilatado y brillante historial olímpico, -cuatro medallas- motivo principal de su elección, además de haberse despedido en Pekín de la alta competición tras tres lustros encadenando éxitos en ruta, aunque muy especialmente en pista, cabe unir siete títulos mundiales. Los cuatro de puntuación (96, 98, 2000 y 2007) y los tres de americana (uno con Miquel Alzamora, en 1997, y dos con el fallecido Isaac Gálvez, en 1999 y 2006). Una larga serie de triunfos en la Copa del Mundo, incluída su general en puntuación (2004), una decena de títulos de campeón de España y las máximas distinciones que conoce el deporte español, hablan del prestigio que atesora el futuro responsable del área deportiva del Palma Arena.

«Es un orgullo, la verdad es que no me lo esperaba. Ya me comentaron la posibilidad de ser abanderado en la apertura, pero ya tenía planificados mi viaje y mis entrenamientos y no pudo ser. Que se acuerden ahora de mí es todo un privilegio», explicaba el propio Llaneras en el circuito de Laoshan, a donde acudió para presenciar las evoluciones de su paisana y buena amiga Marga Fullana en la prueba femenina de mountain bike. Antes que Llaneras, otros grandes del deporte español hicieron las veces de abanderados del equipo olímpico en la ceremonia de clausura, como premio a sus carreras o los logros alcanzados en esa edición de los Juegos. Es el caso de David Cal, abanderado en la clausura de Atenas -allí ganó un oro y una plata- y a la vez en la inauguración de Pekín, o del Duque de Palma, Iñaki Urdangarín, que portó la bandera española en el cierre oficial de Sydney 2000, edición en la que, junto a la selección de balonmano, consiguió la segunda medalla de bronce de forma consecutiva para este deporte. Ahora, el mundo podrá despedir como se merece a uno de los mejores especialistas en ciclismo en pista que ha conocido jamás. Además de pasear el nombre y la bandera de Balears por todo el planeta, Joan Llaneras será el centro de atención en la clausura de los que han sido los Juegos que han marcado su adiós y coronación como rey del velódromo.