Las integrantes del equipo de natacion sincronizada festejan su éxito. Foto: JULIAN ABRAM/EFE

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Efe|PEKÍN
España se bañó en oro y plata con el piragüismo, el hockey y la natación sincronizada, en una jornada en la que David Cal igualó a Joan Llaneras y a Arantxa Sánchez Vicario como los únicos medallistas que suman cuatro metales olímpicos.

En el decimoquinto día y penúltimo de la competición, Saúl Craviotto y Carlos Pérez se proclamaron campeones olímpicos en Kayak doble (K-2) 500 metros, mientras Cal obtuvo plata en C-500, el mismo metal que ganó el equipo de natación sincronizada y el de hockey sobre hierba.

España suma 16 metales en el décimo quinto día de competición de los Juegos de Pekín 2008, que se clausurarán hoy domingo y se mantiene en el puesto 14 del medallero.

El de ayer es el mejor día de España después del pasado 17, cuando sumó también cuatro metales: oro de Rafael Nadal, plata en dobles de Virginia Ruano y Ana Isabel Medina, gimnasia suelo (Gustavo Deferr) y vela 49er (Iker Martínez y Xavier Fernández).

Con los cinco oros, las nueve platas y los dos bronces que acumula hasta hoy, España ha cumplido ya en Pekín su segunda mejor actuación olímpica, sólo superada por Barcelona'92, donde la cosecha dorada ascendió a 13 metales.

La esperanza de arrebatar el oro en 49er a los daneses quedó descartada hoy con la decisión del Tribunal de Arbitraje Deportivo de rechazar los recursos presentados por España e Italia contra el país nórdico por haber utilizado el barco croata después de que se rompiera el palo del suyo.

El oro vino de las palas de los piragüistas Saúl Craviotto y Carlos Pérez, campeones en la prueba de K-2 500. Fue el quinto metal dorado de Pekín, que igualó la producción de Atlanta'96, aunque entonces hubo menos platas (6).

Tras una salida nula, Craviotto y Pérez, policías nacionales de profesión, se colocaron en cabeza desde los primeros metros, sin abandonar ya nunca el liderato de la carrera, que finalizaron por delante de los alemanes Ronald Rauhe y Tim Wieskotter y de los bielorrusos Raman Piatruskenka y Vadzim Makhneu.

«Nos ha salido el 500 de nuestra vida, hemos hecho la regata como la hemos plateado siempre y ha salido el día que tenía que salir», indicó Craviotto.
Cal repitió ayer en la distancia de 500 metros la misma recompensa de plata que había logrado en la víspera en 1.000 metros.
Si ayer su máximo rival, el húngaro Attila Vajda, le arrebató el título de Atenas, hoy se vio superado por el zar de la canoa rusa, Maxim Opalev, con el ucraniano Iurii Cheban como tercero.

«Dos medallas de plata no se ganan todos los días», dijo Cal nada más acabar la prueba, que terminó exhausto, tanto que se vio obligado a correr a la clínica porque se encontraba muy mareado después del esfuerzo realizado para tratar de alcanzar a Opalev.

El gallego se ha convertido en el tercer deportista español que suma cuatro medallas olímpicas, después de Joan Llaneras y Arantxa Sánchez Vicario.
En Natación sincronizada, el equipo liderado por Gemma Mengual conquistó la plata en un hecho sin precedentes en la historia de la participación española en esta prueba, ganada por Rusia, oro, y con China como bronce.

La de ayer es la segunda plata olímpica que se cuelgan Mengual, una de las mejores deportistas españolas de todos los tiempos, quien ha insinuado su intención de retirarse tras el Mundial de Roma de 2009, y su compañera del dúo Andrea Fuentes.

«Nos vamos con la sensación del trabajo bien hecho, de recompensa por una buena actuación», señaló la entrenadora del equipo, Anna Tarrés.
En gimnasia rítmica, Almudena Cid, de 28 años, echó al cierre a su carrera deportiva con el diploma del octavo puesto, el mismo sitial de Atenas 2004, después de convertirse en Pekín en la única en la historia que ha disputado cuatro finales olímpicas.

En Hockey sobre hierba masculino, España volvió a tropezar con su «bestia negra», Alemania, que le privó del bronce en Atenas. Los germanos ganaron por 1-0.

Los españoles acabaron aburridos del juego defensivo de Alemania, además de que se les negó el penalti córner y notaron mucho que Pol Amat no ha tenido tiempo de recuperarse de un esguince.

«España no ganó la final de milagro. Mi equipo es un grupo tremendo de jugadores y personas que lo ha dado todo y no se puede hacer más», afirmó el seleccionador español, Maurits Hendriks, doble medallista olímpico con Holanda en Atlanta 96 y Sydney 2000.