Imagen del tenista mallorquín Rafael Nadal, ayer, celebrando un punto durante su partido ante Mardy Fish.

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Sergio MorroNUEVA YORK

Rafael Nadal celebró el galardón del Premio Príncipe de Asturias del Deporte con la clasificación para las semifinales del Abierto de Estados Unidos por primera vez en su carrera. El botín del zurdo de Manacor en Nueva York cobra mucho valor teniendo en cuenta que Federer defiende el título conquistado el pasado ejercicio, ya que el campeón olímpico ha acumulado los puntos necesarios que le garantizan la continuidad en la cima del tenis mundial hasta final de 2008.

El jugador mallorquín superó en los cuartos de final al norteamericano Mardy Fish por 3-6, 6-1, 6-4 y 6-2, en 2 horas y 41 minutos de juego. Al igual que ya le sucediera con Sam Querrey, Nadal se encontró en frente un rival incómodo por sus características de juego, ya que Fish es uno de los pocos jugadores del circuito que todavía basan su juego en el saque-volea.

El norteamericano además es poco amigo de pasar demasiadas bolas y trató de intimidar a Nadal a raquetazos, aunque en el momento en el que su porcentaje de acierto bajó fue cuestión de tiempo que el partido cayera de lado del español.

El encuentro comenzó casi de medianoche, pero Fish salió muy enchufado y tras salvar un punto de 'break' en el primer juego, consiguió romper el servicio de Nadal en el segundo y ponerse 3-0 de salida.

El desaliñado jugador estadounidense avasalló a Nadal con su servicio. Su alto porcentaje de primeros le permitió ganar muchos puntos fáciles con su juego de saque y volea, y de esta forma conseguir el primer set de su carrera ante el español.

El número uno mundial no estaba dispuesto a conceder más licencias a su rival. El mallorquín empezó a leer mejor el saque de Fish y a restar bien con más asiduidad, lo que se tradujo en un drástico descenso de puntos ganados del americano y en dos 'breaks' que le permitieron igualar el partido.

El americano no quería pelotear demasiado con Nadal y a la mínima opción que veía se jugaba golpes ganadores, que ya no le entraron con tanta efectividad como en el primer set, o buscaba subidas suicidas a la red.

El partido ya estaba más como le gusta a Nadal. Su servicio respondía bien y a la mínima oportunidad que tuvo volvió a romper el servicio de Fish, en el séptimo juego, para apuntarse la manga por 6-4.