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El repentino fallecimiento de Enrique Puig Planas conmocionó en la jornada de ayer al mundo empresarial y deportivo de todo el país, pero en especial, causó enorme impacto en nuestra Isla. El reconocido empresario catalán se encontraba en Sevilla con motivo de la puesta de largo de la edición española de 'Vanity Fair' cuando su repentina muerte, a los 68 años, sorprendió a propios y extraños. La estrecha relación entre Puig y Mallorca viene de lejos, y tiene en la Copa del Rey de vela a su máximo exponente. Promotor y patrocinador del gran evento náutico del Mediterráneo durante un cuarto de siglo, hizo del Azur de Puig una de las embarcaciones de referencia de la regata. Su enorme química con Mallorca quedó patente con una larga serie de reconocimientos públicos a su labor de mecenas y motor del evento deportivo por excelencia del verano. Entre los más significativos, destaca el Siurell de Plata, otorgado a Puig por Ultima Hora en 2005 en homenaje a su entrega como alma mater de una prueba de enorme calado a nivel promocional, asociando su marca y la de Agua Brava a la regata.

Enrique Puig Planas nació en Barcelona en 1939, y era miembro de la segunda generación de una empresa familiar creada en 1914. Licenciado en Farmacia, casado con Eulalia Alsina y padre de cuatro hijos, era el menor de cuatro hermanos (Antonio, Mariano y José María). Presidente de la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética, presidente de la junta de accionistas del Grupo Puig y consejero de la Corporación Exea, era uno de los empresarios del gremio de la cosmética más reconocidos del mundo, gracias al éxito del Puig Beauty & Fashion Group. La capilla ardiente de Enrique Puig se instalará hoy en Barcelona, donde mañana se oficiará el funeral en su memoria.