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Tolo Jaume |MADRID
La victoria sobre Sam Querrey dejó un poso muy dulce en Rafael Nadal. Colocar al equipo de Emilio Sánchez Vicario con ventaja en la eliminatoria frente a Estados Unidos suponía una gran alegría para paliar el cansancio acumulado y el sufrimiento vivido durante muchos minutos de las más de tres horas que estuvo en la Plaza de las Ventas.

Salió por la puerta grande, pero ni los gritos de admiración de una grada entregada variaron su visión del choque. «¿Si me he visto torero» No, tenista y sufriendo». «Ha sido un partido muy difícil porque él ha jugado muy bien desde el fondo. Ya se ha explicado suficiente lo de jugar a esta altitud, pero la prueba era ver dónde tenía que restar su primer servicio. Tenía que hacerlo a cinco metros de la línea y golpeando bolas muy altas que me impedían dominar el punto», explicó el mallorquín, que sí se mostró satisfecho con las prestaciones de la pista.

Jugar a 600 metros concede un plus al servicio de especialistas como los integrantes del equipo estadounidense, pero no era el único motivo por el que el número uno del mundo tuvo que exprimirse para doblegar al joven Sam Querrey. «No he tenido muchos días para adaptarme, llegué con las fuerzas justas y no muy fresco mentalmente. Además, Sam (Querrey) ha jugado bien y su ventaja con el saque ha hecho que se igualara mucho el partido. Tengo que agradecer el apoyo del público porque ha animado mucho y porque supone un extra de fuerza para jugar este tipo de encuentros», analizó Nadal, que aprecia que su rival mostró su mejor tenis sobre arcilla al haber jugado «sin presión» y apoyado en su saque.

Sam Querrey precisó que la clave del encuentro llegó en una bola a la línea cuando marchaba por delante en el marcador en el segundo set (6-7, 0-2 y 0-15), pero Nadal observó que «pasase lo que pasase iba a ser un partido largo. No ha habido un momento en el que haya cambiado todo, sino que he ido sintiéndome mejor y he tenido oportunidades de break. El momento más duro, más allá del primer set en el que no he tenido ocasiones para romperle el servicio, ha sido cuando te pones un poco más nervioso al estar cerca de la victoria y no poder hacerle el break en el cuarto».

Querrey, que en su anterior enfrentamiento con el tetracampeón de Roland Garros ya se puso en ventaja de un set en los cuartos de final del reciente US Open ante Nadal, comentó que el mallorquín «es muy duro» en estas situaciones. «No desaparece de la pista por muy mal que le vayan las cosas y tienes que jugar pensando que empiezas de cero, porque es muy fuerte mentalmente y por eso es el número uno».