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Albert Orfila / Carlos Montes de Oca

La venta del Mallorca divisa su recta final. Después de dos meses de negociaciones, de rumores, de presuntas ofertas, de auditores revoloteando por Son Moix, la luz se adivina al fondo de este laberinto que ha monopolizado toda la actualidad de la SAD balear en las ocho últimas semanas. El magnate inglés Paul Davidson quiere firmar la compra del paquete accionarial en poder de Vicenç Grande esta misma semana.

La intención del empresario británico, que se encuentra en Londres atendiendo los negocios de su empresa Fluid Leader Grup, pasa por concluir de forma definitiva todos los trámites necesarios para convertirse en el nuevo propietario de la entidad balear. Sus abogados están ultimando la documentación de la compra-venta que comenzaron a redactar la semana pasada. En cuanto se firme la compra, es decir, que Paul Davidson deposite los avales por valor de los 38 millones de euros pactados en su día con el Grupo Drac. Una vez que cumpla con esos requisitos, imprescindibles para realizar la compra, el juez de lo Mercantil número 1, Víctor Fernández, tendrá la última palabra. Lo más probable es que dé el visto bueno a una operación que los tres administradores concursales tienen sobre la mesa desde hace algunas semanas.

También el Consejo Superior de Deportes tendrá que supervisar esta trasvase en las acciones, como cada vez que un club de la Liga de Fútbol Profesional cambia de manos. Sin embargo, su papel será testimonial y, salvo sorpresa, no pondrá ninguna pega a ese traspaso de poderes en el accionariado del Real Mallorca SAD.

Desde que se comenzó a rodar este culebrón, Paul Davidson es el que más firme ha apostado por hacerse con el control del club isleño. El magnate inglés, el único que ha cerrado un acuerdo con Vicenç Grande, que expira el próximo 15 de octubre, ya ha depositado el dinero en un banco de la Isla y posiblemente esta semana plasmará sobre la mesa esa compra.

Consciente de los compradores potenciales que están revoloteando para adquirir la SAD, su intención pasa por cerrar la venta lo antes posible. No quiere dilatar más una operación que comenzó a escribir el pasado 21 de julio, cuando alcanzó un preacuerdo con Drac.

Desde entonces, han surgido varios candidatos. Aunque también han desaparecido otros. Como por ejemplo Freddy Shepherd. El ex propietario del Newcastle optó la semana pasada por retirarse de la puja, por esperar acontecimientos desde la barrera. Incluso ahora se le vincula de nuevo con su anterior club, que atraviesa por una grave crisis interna.

Tampoco se sabe nada del austríaco Dietrich Mateschitz, que ha tenido merodeando por el ONO Estadi y la Ciudad Deportiva a sus ejecutivos de confianza para recabar toda la información posible, pero que todavía no ha presentado ninguna oferta formal por comprar el principal paquete accionarial de la SAD balear.

También sobre la mesa de los administradores ha aparecido el nombre del magnate uzbeko Miradil Djalalov, que ha presentado una carta de intenciones para interesarse por la situación de la entidad. Pese a estos nombres, a día de hoy el más firme candidato a ser el propietario del Real Mallorca es el inglés Paul Davidson, conocido como el fontanero en su país, que se acerca al momento de la verdad. Quiere firmar la compra de aproximadamente el 90% de las acciones de Vicenç Grande, que según el preacuerdo permanecería un mínimo de 5 años en la presidencia y mantendría casi un 3% de los títulos.