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Fernando Fernández El Consejo Superior de Deportes mira hacia Balears, y la mejor muestra es la visita que una misión de la Secretaría de Estado para el Deporte llevará a cabo a Mallorca a principios del mes de octubre, en principio el próximo día 8. La reconducción de las relaciones entre Balears y Madrid se plasmó en el encuentro que Jaime Lissavetzky (secretario de Estado), Mateu Cañellas y Gabriel Gili (conseller y director general de Esports) mantuvieron en la sede del CSD y puede confirmarse en hechos que se analizarán en el encuentro entre los representantes del Ejecutivo balear y el Gobierno central.

El director general de Deportes del CSD, Albert Soler, encabezará la embajada que se desplazará hasta Mallorca, en la que también se espera la presencia de los responsables de las áreas de Alto Rendimiento (Rosa Ortega) e Infraestructuras (Dolores Molina).

Muchos serán los temas que coparán las agendas de ambas partes, aunque el Palma Arena ocupará un lugar preeminente. El proyecto de instalar allí un instituto y una residencia para deportistas, además de estudiar las líneas de colaboración, que podrían pasar por crear allí un centro de alto rendimiento de ciclismo aprovechando el papel de responsable de su parcela deportiva de Joan Llaneras (el propio Lissavetzky mostró su interés en hacer realidad este proyecto), serían algunos de los aspectos a tratar.

Pese a lo apretado de la agenda, Cañellas y Gili pondrán sobre la mesa otros aspectos como la petición de otorgar el rango de CEAR a las escuelas superiores de ciclismo, natación, tiro con arco, lucha y gimnasia artística. El centro de tenis de Manacor, Calanova o la pista de entrenamiento y competición de piragüismo que se pretende crear en el Lago Esperanza de Alcúdia, y presentado en su día al CSD, son algunos de los proyectos e instalaciones que se analizarán, además de trasladar las problemáticas en los capítulos de traslados que padecen los deportistas de las Islas en el día a día.