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La buena respuesta del Mallorca en este inicio de campaña está plagada de contrates, de luces y sombras. El equipo de Manzano, con menos recursos de los que gestionaba hace un año, ha superado ya el trauma de una profunda reconstrucción y vuelve a pensar en positivo. La victoria de El Sardinero (1-2) es el mejor ejemplo. El grupo se rehizo tras una primera mitad horrible y acabó imponiendo sus argumentos para anotarse una victoria enorme. En este caso, el héroe de la jornada volvió a ser Pierre Webó, que marcó su segundo gol en cuatro días y redondeó su mejor inicio de temporada desde que juega en España. Sin embargo, los relucientes números del camerunés contrastan con los de otro de los capitanes de la plantilla: Juan Arango. El venezolano sigue sin colaborar en la evolución del conjunto rojillo y está firmando los dígitos más pobres de su carrera como bermellón.

El caso de Webó es uno de los más llamativos que acoge el nuevo proyecto isleño. Incorporado a las filas del Mallorca durante el verano de 2007 procedente del Osasuna, el africano no había tenido demasiada fortuna a la hora de justificar su fichaje. Durante el curso anterior conectó enseguida con el público del ONO Estadi y casi todas sus actuaciones reportaban beneficios, pero las lesiones se cebaron él (se fracturó el quinto el dedo meñique de pie y recayó cuando ya estaba recuperado) y sólo pudo participar en quince encuentros del campeonato. Aún así, marcó cinco goles e igualó la media que había seguido como delantero osasunista. Y ahora, con todo a su favor, se empeña en romper barreras.