El Mallorca toma impulso

Llegaba el cuadro pucelano con el cartel de invicto, manejando Porfirio Fisac una plantilla plagada de calidad y de viejos conocidos (Battle y Puyada), pero desde el primer momento, el orgullo de los insulares les permitió hacerse fuertes sobre el parqué, cargando de faltas a un equipo poco fino. Riera y Blanch exhibían sus galones desde el perímetro y a la fiesta de unía Joan Sastre, cuya aparición en pista dio un nuevo aire al Bàsquet Mallorca. Un triple suyo puso cuesta arriba el choque al Valladolid (15-8) y anticipaba un parcial de 9-0 con el que se cerraba un primer cuarto en el que apenas podían quedar dudas sobre el dominador del encuentro (21-8). La cosa fue a más (23-8) y la tercera falta de Baldo y Battle acabó por allanar el camino a los baleares.

Los momentos de desconcierto que condujeron al descanso permitieron a los castellanos acercarse en el electrónico (26-20), pero Blanch frenó la hemorragia desde más allá de 6'25. Fue en el tercer parcial cuando el Valladolid se puso las pilas. Un parcial de 0-10 les puso a dos, y pese a la técnica a su banquillo, pusieron el equilibrio en el choque. Hasta que iniciado el cuarto decisivo, dos triples de Blanch y Joan Sastre permitieron el despegue del Bàsquet Mallorca (54-46). Supo desde ese momento el cuadro isleño manejar rentas no inferiores a los diez puntos, pero en los últimos dos minutos, la desesperación llevó al Valladolid a jugar al límite, hasta llegar a situarse a dos puntos (75-73), aunque los errores del equipo pucelano y el buen hacer desde la línea de tiros libres de los mallorquines (31 de 37), evitaron que el marcador reflejara una derrota que hubiera sido inmerecida por los méritos realizados por un Bàsquet Mallorca que demostró que no tira la toalla y que va a plantear batalla a quien se interponga en su camino. Ayer, fue el Valladolid, pero el próximo sábado le toca a otro ex ACB: León. Eso sí, los de Xavi Sastre llegarán lanzados, y con mucho que ganar allí.