La Copa refresca la dinámica del Mallorca

En la víspera Manzano esquivó la opción de especular con el 1-1 y los suyos salieron a por la victoria. El Mallorca saltó al césped como si fuera el que estuviera obligado a remontar. Cléber y Martí se apoderaron de la sala de máquinas y los locales monopolizaron la posesión. Prácticamente todo el primer acto se desarrolló en la parcela del Málaga, que apenas se asomó a las inmediaciones de la portería defendida por Lux. Y es que los rojillos presionaron la salida de pelota andaluza y ahogaron a los hombres de Tapia, que parecían dispuestos a hacer correr las manecillas del reloj para apurar sus opciones en el segundo tiempo.

Con los rojillos enchufados pese a la frialdad que transmitían las gradas del ONO Estadi en una noche desapacible, el Mallorca se mostró muy superior. Sin grietas en defensa y manejando el tempo del encuentro el primer aviso lo dio Iván Ramis al ejecutar con maestría un libre directo que se estrelló en el palo derecho de la portería de Goitia. Dos minutos más tarde insistió el Mallorca gracias a Cléber Santana, que libre de marca cabeceó ligeramente desviado un centro desde la derecha de Castro. Manzano dispuso a sus hombres de banda cambiados de pierna y especialmente el charrúa hizo exprimió las facilidades que le concedía Nacho en el flanco diestro del ataque bermellón.

Una conexión de Trejo y Castro a los 23 minutos de juego propició el remate franco de Webó que obtuvo una gran respuesta de Goitia evitando a contrapié un gran testarazo del camerunés. El gol sólo era cuestión de tiempo ante un Málaga inoperante, pero éste llegó superada la media hora de partido. Tras un saque de esquina estéril desde la derecha del ataque, Callejón mandó al interior del área un balón raso desde la izquierda que remató David Navarro contra el cuerpo de Goitia y que el propio central valenciano acertó a remachar a punto de caramelo. El gol no alteró el guión previsto por el Mallorca, que mantuvo la pelota lejos del marco de Lux e incluso disponiendo de opciones para marcar las diferencias antes de enfilar el túnel de vestuarios.

En la reanudación el Málaga no tuvo más opción que dar un paso adelante y adelantó su línea defensiva, pero los andaluces dispusieron de su primera aproximación en el minuto 52 al disparar desviado Fernando y limitaron sus acciones de peligro a las jugadas a balón parado. Mientras, un chut de Castro a punto estuvo de culminar en el 2-0 después de que Cuadrado metiera la pierna y la pelota diera en el palo.

El Mallorca perdió el balón, pero sólo la necesidad a contrarreloj empujó en cierta medida a los visitantes, que dispusieron de su única ocasión clara en el minuto 72 cuando un saque de esquina mal rechazado por la defensa local motivó un disparo de Gerardo desde la frontal que lamió el poste izquierdo de la portería isleña.

El Málaga apenas inquietó en dos faltas laterales y el Mallorca habilitó el escenario que más le convenía. El partido fue muriendo y los de Tapia se veían obligados a adelantar aún más su defensa. Jurado, que entró en el campo para recuperar el balón pese a quedar acostado en la banda izquierda, era la amenaza, pero fue la velocidad de Keita la que acabó de desequilibrar la contienda. El guineano se marchó en velocidad evitando el fuera de juego para encarar a Goitia y batirle por bajo para firmar la sentencia ante un Málaga que ya sólo tuvo tiempo de quedar en inferioridad por la expulsión de Wellington al protesta a Megía Dávila.