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Antonio Tomás|MADRID
El tufo a presuntos amaños y casos de corrupción se extiende con rapidez por el fútbol europeo, después del último episodio detectado en Croacia, que se añade a las sospechas que salieron a la luz en Polonia, Italia, Portugal, Bélgica, Bosnia y España. Mientras la Justicia y los tribunales específicos anticorrupción de Polonia, Bélgica, Portugal e Italia luchan por esclarecer varios casos, en España y Croacia las noticias sobre presuntos sobornos y amaño de partidos son recientes. La fiscalía española anticorrupción busca esclarecer el alcance de la revelación, y posterior rectificación, del futbolista Jesuli, del Tenerife, que admitió que cobró 6.000 euros por perder ante el Málaga el pasado 15 de junio, lo que supuso el ascenso andaluz a Primera. Otra grabación telefónica destapaba otro supuesto caso de corrupción, esta vez en Primera y con Levante y Athletic como protagonistas. En Croacia, el Departamento anticorrupción ha intervenido como consecuencia de unas declaraciones del futbolista camerunés Patrice Kwedi, en las que afirma que el encuentro entre el Zadar y su equipo, el Sibenik, fue arreglado.

Quizá el caso polaco sea el más lacerante. La justicia mantiene una guerra abierta contra la corrupción en el fútbol, que incluso supuso que la liga retrasase su comienzo. En este país, encargado de organizar la Eurocopa de 2012 junto a Ucrania, más de 120 personas están relacionadas con actividades ilegales en el fútbol. Los tentáculos alcanzaron a la cúpula de la Federación, que estuvo a punto de ser destituida por el Ejecutivo polaco de no ser por la FIFA. En octubre, Janusz Wojcik, ex seleccionador nacional, fue detenido bajo la sospecha de corrupción en once casos, cuando era técnico del Swit Nowy Dwir Mazowiecki. Fue el último arresto de una lista en la que también estaban árbitros y jugadores.