TW
0

Carlos Román

Nuevo año, viejas preguntas. La llegada del 2009 no ha variado en nada el paisaje que observa el mallorquinismo, cubierto por interrogantes de todo tipo desde hace ya muchos meses. El principal problema es que, a diferencia de otros años, las dudas y preguntas sacuden ahora a todos los estratos de la entidad. Del césped a los despachos, pasando por el banquillo. La entidad balear, sumida en una de las mayores depresiones de toda su historia, tiene muchos meses por delante para reducir la montaña de problemas que limita su margen de maniobra, aunque si no resuelve la mayoría de ellos en las próximas semanas su futuro se oscurecería de forma preocupante.

Las últimas semanas de 2008 redactaron el epílogo de Vicenç Grande en la presidencia del club. El máximo accionista atendió las protestas de la grada y decidió apartarse del palco a raíz de la histórica pañolada del 14 de diciembre. Tras varios días de reflexión en los que se barajaron los nombres de hasta cuatro posibles sustitutos, Joaquín García recogió el testigo de forma provisional con la misión de gestionar el club hasta finales de enero. Sin embargo, lo que ocurra a partir de esa fecha sigue siendo una incógnita. Todo es posible. De hecho, en las últimas horas se ha especulado incluso con la irrupción de Joan Antoni Ramonell, que ya fue vetado en su día por los administradores concursales del Grup Drac. La opción que más atrae a estos últimos sigue siendo la de Mateu Alemany, aunque el regreso del abogado se antoja especialmente complicado en un escenario como el actual.

De todos los candidatos a comprar las acciones del Mallorca que salieron a la luz desde el pasado verano, sólo Freddy Shepherd conserva el interés. El que fuera propietario del Newcastle, que lleva semanas escrutando los números de la entidad, tiene previsto presentar una oferta a la baja el día 12 de este mes. Teniendo en cuenta que sus propuestas anteriores se rechazaron al ser consideradas casi insultantes, el acuerdo no parece asequible. De todas formas, los administradores concursales tienen mucho que decir en esta historia y podrían presionar a Vicenç Grande para que se deshaga definitivamente de los títulos que posee (en torno al 93%) a través de Binipuntiró SLU, ya que, de lo contrario, las acciones podrían seguir devaluándose y se pondría en peligro la viabilidad del concurso voluntario instado el pasado mes de junio por el Grup Drac.

Uno de los mayores problemas con los que ha tenido que lidiar la entidad en los últimos tiempos tiene que ver con la liquidez económica. Al menos sobre el papel, el asunto parece encarrilado hasta que concluya la temporada. Recientemente, el propio Grande viajó a Sevilla para negociar con una entidad andaluza el pago de dos millones de euros que quedaban pendientes del traspaso de Fernando Navarro, lo que alivió considerablemente las arcas. Además, se ha renegociado con diversos proveedores y se aplazaron los pagos correspondientes al fichaje de Aduriz. Con eso atado, parece que hay oxígeno suficiente para llegar a junio.