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El futuro de Manzano en el Mallorca ha quedado en manos de los resultados. Para cualquier otro entrenador sería una evidencia, aunque no en el caso del técnico jienense, que en el club balear había adquirido cartel de 'intocable'. El divorcio entre el preparador y la actual cúpula del club balear es absoluto. De hecho, apenas hay relaciones. Fundamentalmente, a Manzano se le reprocha «falta de compromiso y lealtad» en una situación institucionalmente delicada. Esta circunstancia, unida al vertiginoso descenso del equipo en la clasificación, ha dado paso a un escenario atípico, marcado por la tensión y la falta de confianza, que en este caso es recíproca.

El entrenador apenas da crédito a todo lo que está sucediendo alrededor del Mallorca y la propiedad se siente «traicionada» por un entrenador que siempre había gozado de crédito ilimitado. Justo en el ecuador de la crisis entre Manzano y los dirigentes de la SAD balear aparece la figura de Nando Pons. Hasta ahora, el máximo responsable deportivo del Mallorca había logrado apaciguar los ánimos. Pons sigue siendo el máximo valedor del técnico andaluz, pero su mediación en el conflicto está perdiendo influjo. Vicenç Grande y su círculo de confianza consideran «incendiarias» algunas de las últimas comparecencias públicas del entrenador. «No sabemos muy bien a que está jugando. Parece que quiere que le echemos», asegura una persona muy próxima al máximo accionista de la entidad.

Los números denuncian que el Mallorca acumula nueve jornadas consecutivas sin conocer la victoria. El cuadro bermellón aparece en puestos de descenso a Segunda y todavía sigue cruzando un tramo del calendario especialmente delicado. Con Real Madrid, Villarreal y Valencia en el horizonte "y la Copa del Rey de por medio" el futuro de Gregorio Manzano pende de un hilo. Quizás en otras circunstancias tendría margen, pero ahora es uno más.

El club continúa argumentando que los problemas financieros por los que atraviesan las empresas de Vicenç Grande "el Grup Drac instó meses atrás el mayor concurso de acreedores voluntario en la historia de esta Comunitat" no tiene porque afectar a futbolistas y cuerpo técnico. «El Mallorca está cumpliendo con todos sus compromisos y no debe un duro a ningún integrante de la primera plantilla». Sin embargo, es evidente que la fragilidad institucional que está exhibiendo el club ha hecho mella en el vestuario. Desde hace tiempo, a Manzano se le adivinan síntomas de abatimiento y es prácticamente imposible aislar a los jugadores de todo lo que envuelve a la entidad.

El Mallorca sigue en venta, su estructura interna se ha debilitado notablemente y en un solo día llegó a tener hasta tres presidentes: Mateu Alemany, Joan Antoni Ramonell y Joaquín García. Esta situación de provisionalidad ha acabado afectando al entrenador, que en una reciente entrevista concedida a «Canal 4» reconoció abiertamente sentirse solo.

Con un contrato de dos años de duración, su hipotético despido plantea diversos interrogantes. El Mallorca ha ofrecido algunos síntomas de recuperación ante adversarios de envergadura "Sevilla y FC Barcelona", pero si los resultados siguen siendo esquivos y el club toma la decisión de despedirlo deberá hacer frente a una importante indemnización y abordar además el fichaje de un sustituto. La situación financiera de la entidad deja un escaso margen de maniobra, pero...