Pooh Jeter asiste a un compañero tras superar la presión de la joven estrella del Joventut, Ricky Rubio.

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Lluís Orfila

Nada que hacer. Aunque el ViveMenorca se acicaló el rostro y ofreció por momentos una digna versión competitiva, con eso no le alcanzó, ni de lejos, para sorprender al Joventut, a cuyo talento sucumbió la escuadra balear, impotente y sin opción de réplica tras un tormentoso tercer cuarto, intervalo de tiempo que desnudó las carencias isleñas ante, dicho sea de paso, uno de los mejores y más vistosos equipos de la ACB.

La Penya, con ganas de resarcirse de su reciente eliminación europea, enfocó el choque como uno de los últimos ensayos previos a la Copa, dedicándose a tantear el terreno en el transcurso de los minutos iniciales para, poco antes del descanso, arremeter con ímpetu, calidad y talento, resolviendo la contienda mucho antes del bocinazo final.

Para mayor escarnio, el cuadro de Badalona, lejos de sestear en el último cuarto, desplegó un extenso catálogo de virtudes, barriendo de la cancha a un Menorca que bastante hizo con mantener la desventaja por debajo de los veinte. La cuna del baloncesto sigue siendo coto prohibido para un Menorca que acumula seis derrotas consecutivas.

Se estrenó Marcus Faison con la elástica menorquina, y pasó el belga-americano ciertamente desapercibido. Erró todo lo que ensayó y no aportó en defensa, aunque en ningún caso se le puede responsabilizar del descalabro padecido. Los pívots volvieron a evidenciar cuan débil es, a día de hoy, el juego isleño en la zona, y como única luz que resaltar, la labor de Ivanov actuando de '4' y la productividad de un cada vez más cuajado Marc Fernández.

Con todo, y amparado en su buen orden atrás, en el rebote ofensivo de Ivanov (firmó 11 capturas) y en los puntos de Marc (11 al descanso, 18 en total), el Menorca no sólo contuvo a la Penya de inicio, sino que dominó el electrónico con solvencia durante los dos primeros cuartos. Cerró el primer parcial el grupo de Casas con un favorable 18-22, que se incrementó hasta un plácido 26-33, tras enceste de Gusi, rebasado el ecuador de la segunda manga. Faison, que apareció por el parquet en ese intervalo, no estuvo afortunado en el tiro, aunque el Menorca mantenía la iniciativa.

Sin embargo, se cortocircuitó el cuadro mahonés justo antes del intermedio. La intensidad defensiva del Joventut, junto a la prestaciones de Bogdanovic y Mallet (entre ambos firmaron 18 puntos en los primeros veinte minutos) lideraron un parcial de 7-1 que permitió a los verdinegros ganar los vestuarios con ventaja (35-34), en un claro augurio de lo que se avecinaba.

El equipo de Sito Alonso abrió el tercer cuarto enchufadísimo y enlanzando el final del segundo cuarto con el grueso del tercero le endosó al Menorca un sonrojante 40-12. De un +7 para los de Casas, a un -21 (66-45) en apenas 10 minutos. Partido resuelto. Ribas, Ricky Rubio, Mallet, Jasaitis, Bogdanovic, Moiso,... demasiado talento para un Menorca que, aunque lo intentó, cayó con todas las de la ley (92-74).