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Xisco Cruz|MAÓ
Ni las recetas de Imbroda, ni la estridente aparición de Burtt, ni el aquelarre de la plantilla durante la semana, siquiera los decibelios de Bintaufa. Nada ha servido. No han bastado las arengas, las conjuras, el lenguaje bélico empleado en la previa, porque a la hora de la verdad el ViveMenorca exhibió en la pista las mismas carencias de siempre. Dijo Imbroda a poco de llegar que el equipo estaba enfermo, pero desde ayer desprende un preocupante olor a cadáver. Volvió a quedarse en 70 puntos, firmó un 17% en triples y de tipos como Jeter o Bazdaric sigue sin haber noticias. Lo peor no fue perder, sino mostrarle a la ACB que el Menorca va al límite, o que el Pavelló ha dejado de ser un búnker. Estudiantes ha dejado malherido al grupo de Imbroda y gran parte de la grada ha dejado de creer (70-75). La permanencia se había fiado a los partidos en Maó, y a la primera los cálculos le han abierto los ojos al Menorca. Además, Imbroda ha perdido para la causa a Bazdaric y Jeter, y por dentro Otegui y Sundov generan poco. Lejos de vivir de sus exteriores, el Menorca se abrazó de inicio a Weis. El equipo de Imbroda encontró una vía en ataque con el francés posteando, porque el resto estaba desenchufado. Otegui, Stojic y Bazdaric fueron apilando pérdidas, y el Estudiantes corría siempre que podía (9-10). Las dos faltas de Jeter y la pujanza de Rancik complicaron el cuarto, porque el ViveMenorca seguía con el goteo en ataque (13-16, primer cuarto).

Stojic y Burtt trataron de cambiar el escenario en el segundo parcial, pero todo eran aventuras individuales. Estudiantes seguía a la carrera y la irrupción de Jasen contribuyó todavía más a que sus transiciones fueran galácticas (22-25). El Menorca era una broma en ataque fruto del bloqueo de Jeter en la dirección, de la pobre aportación de Sundov y de los errores en el tiro de Bazdaric. Casimiro tiró de fondo de armario, y Popovic y Jasen reventaron el duelo. Un parcial de 2-15 dejó temblando al ViveMenorca, que no encontraba la salida del laberinto (24-36, descanso). Estudiantes amenazó con rajar la cita tras el descanso, pero Weis y Burtt encontraron el tapón. Un parcial de 10-0 estrechó el partido, al que también había llegado Ivanov (38-41). Estudiantes aguantó al tirón gracias a su perímetro, pero la grada se alzó (45-49, tercer cuarto). Los colegiales sacudieron el partido al inicio del último período, con Udrih y Granger danzando desde el triple. El Menorca tiró de Burtt, pero Brewer gestionó mejor el final (70-75, final). El silencio del Pavelló era devastador y empezaba a delatar muchas cosas.