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Con la permanencia a cubierto y la carpeta de asuntos pendientes vacía, el Mallorca busca en Huelva la bendición de los números, la última fase del papeleo que inició en cuanto el campeonato dobló la esquina. La escuadra balear, el mejor equipo de esta segunda vuelta al margen de Barcelona y Real Madrid, está a sólo un triunfo de rebasar la valla de los 42 puntos, ese histórico punto de referencia que año tras año garantiza la salvación. No hay prisas. De hecho, una caída en esta tarde resulta perfectamente asumible. Sin embargo, los bermellones no parecen dispuestos a aceptar otra prórroga. Sobre todo, teniendo en cuenta que una victoria arruinaría el futuro en Primera del Recreativo (Nuevo Colombino, 17.00 horas. Hogar 10 TV).

El gran objetivo del curso ha adoptado la forma definitiva en poco más de una semana. Ocho días vertiginosos en cuanto a compromisos y maravillosos en cuanto a resultados. En Málaga, el Mallorca acabó de rellenar los cimientos y arañó un punto vital para su autoestima que se multiplicó el pasado jueves a costa del Valladolid. Ahí, los goles de Keita le dieron sentido al buen trabajo que ha desempeñado el grupo en los últimos meses y puede culminarlo hoy con un desenlace de película, un final feliz que se redactaría mucho antes de lo esperado.

El Mallorca llegó ayer a Huelva después de una hora y cuarto de vuelo entre turbulencias y algo más de cien kilómetros por carretera. Eso sí, con los deberes a punto y una expedición sonriente que lideraban Mateu Alemany y el consejero Pere Terrassa. En cuanto a lo deportivo, Manzano volvió a viajar con todo lo disponible. Entre los diecinueve convocados sólo faltaban los tocados Óscar Trejo y Quique Corrales (ambos con una sobrecarga) y Miquel Àngel Moyà, a la espera todavía de recibir el alta deportiva. Eso significa que el técnico, que está obligado a realizar un descarte poco antes del encuentro, podrá componer de nuevo su once de etiqueta. Así, Aouate seguiría bajo el larguero y tendría la protección defensiva de Scaloni, Nunes, Navarro y Ayoze. Por delante, Cléber y Martí con el apoyo a las bandas de Varela y Arango; Jurado en la mediapunta y Aduriz redondeando el juego. Aún así, no está descartado que el entrenador incluya algún cambio entre sus planes, más que nada, para oxigenar a los jugadores que han acumulado más kilómetros durante la semana. El míster tiene la última palabra.

Una de las incógnitas de la tarde estará en saber si el equipo rebaja sus pretensiones o si decide seguir exprimiendo su buen momento. Elija lo que elija, se encontrará a un enemigo con el agua al cuello. El Recreativo, a nueve puntos de los isleños en la clasificación, es ahora mismo uno de los conjuntos con peor perspectiva del campeonato y eso le obliga a salir con los dientes por delante, sin contemplaciones.

En un escenario tan favorable, el Mallorca lo tiene todo a favor para seguir escalando y hacerse fuerte en la primera mitad de la tabla. Como dijo el propio Manzano el viernes, «quedan dos partidos para cerrar la salvación y cuatro para disfrutar». El de esta tarde es de los primeros, pero la situación actual permite alguna que otra concesión.