Los hijos de los Duques de Palma no dejaron escapar la oportunidad de hacerse con un autógrafo de Nadal. Foto: C.D.

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Carles DomènecBARCELONA

Rafael Nadal disputa hoy la final del 57 Trofeo Conde de Godó tras ganar en semifinales al ruso Nykolay Davydenko, noveno jugador mundial, por 6-3 y 6-2. La final, quinta consecutiva del mallorquín en Barcelona y la número 44 como profesional de las que ha ganado 34, será un calco de la del año pasado después de que el alicantino David Ferrer venciera al chileno Fernando González por 2-6, 6-2 y 7-6 (7-5).

«Aspiro a jugar en la final a mi mejor nivel», afirmó Nadal, quien comentó que «es el mejor momento de mi carrera, que dura desde hace un año, y un inicio de año soñado». El partido de ayer en la pista central del Real Club de Tenis Barcelona fue el escenario del dilema actual del tenis profesional: ¿Cuándo perderá Nadal en tierra? La última vez fue el año pasado en Roma con Ferrero en un partido marcado por las ampollas del mallorquín. Ahora mismo, salvo lesión o causa mayor, no parece posible que salga derrotado de una pista de arcilla.

Davydenko es un jugador de entidad, a diferencia del portugués Frederico Gil o el belga Christophe Rochus, vapuleados por Nadal en las jornadas anteriores. El líder de la clasificación mundial dijo que «el partido con Davydenko ha sido duro», y matizó que «necesito partidos duros como éste para poder coger mi mejor nivel».

Aun así, la victoria de Nadal con el ruso no peligró en ningún momento. Davydenko ofreció una gran resistencia pero siempre fue por detrás en el partido. Nadal empezó el encuentro con dificultades para conservar su servicio a diferencia del ruso, que ganaba el suyo sin problemas. Con empate a dos, Nadal rompió esta tónica y se hizo con el primer break. La lucha tenía lugar en el fondo de la pista. Cada vez que el efecto liftado dominaba en los intercambios, con ambos jugadores lejos de la línea de fondo, Nadal se anotaba el punto. Cuando los golpes eran planos, Davydenko solía ganar. A medida que el primer set avanzaba Nadal fue alzando más la bola y con 5-3 el ruso aflojó y cometió varios puntos no forzados. Un soberbio passing-shot del manacorí cerró la manga en una de las pocas subidas del primer set. «He fallado poco, sólo un poco de revés al inicio», admitió el vencedor.

Davydenko reaccionó al inicio del segundo set, decidió acercarse a la red y terminar los puntos de volea, generalmente con dejadas. El ruso buscaba reiteradamente el revés de Nadal, quien se defendía a veces con golpes cortados para romper el ritmo. El partido era duro, lento y muy táctico. El viento molestaba y el juego no estaba para adornos. A medida que el día se iba oscureciendo y los nubarrones amenazaban con mayor intensidad, el resultado del partido fue despejándose. Nadal rompió de nuevo el servicio del jugador de Volgogrado y se anotó el 3-1. Después de 1 hora y 48 minutos y ante ocho mil espectadores, Nadal cumplió con las expectativas, cada vez menos propensas a las sorpresas. El balear parece en la actualidad un jugador con muchas marchas y siempre que el contrario intensifica el juego, Nadal responde con una reacción aún más contundente. El juez de silla sueco, en los últimos compases del encuentro, llegó a indicar con gestos su admiración por la finalización de los puntos a favor de Nadal ¡Sólo le faltó aplaudir!