07/05/09 0:00
Fernando Fernández
Pocos creían que el Bàsquet Mallorca podría tener hechos los deberes con casi dos meses de margen. Pero la identificación del vestuario, un concienzudo trabajo desde los despachos y la fe de un técnico acostumbrado a hacer malabarismos cuando los euros escasean han permitido que la LEB pueda seguir teniendo en la Isla un punto de referencia. Xavi Sastre (Palma, 1961) regresaba a Inca con el reto de sacar petróleo de un grupo sin grandes nombres, pero que derrochaba ilusión y coraje. «Trabajo, un poco de suerte y un buen ambiente en vestuario. No hay más secretos para explicarlo», comenta el preparador balear, que ha prorrogado por una temporada más su contrato con la entidad con sede en la capital de es Raiguer. «El club contaba conmigo y yo quería seguir aquí. Soy un privilegiado. Hago lo que me gusta y en mi tierra. Eso no tiene precio. Además, el del Mallorca es un proyecto serio, pese a que la crisis nos afecta, como a todos a estas alturas», proseguía el ex del Muro y segundo de la selección española sub 18, quien admite que «mantener este equipo va a ser difícil. Aunque sé que haremos lo posible, pero luchar por los 'playoffs' pasa por encontrar un buen patrocinador y no es tarea fácil», admite.
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