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F.Fernández/T.Jaume

Toni Colom tendrá que dejar de dar pedales en la competición oficial durante un tiempo. La Unión Ciclista Internacional (UCI) decidió ayer «suspender provisionalmente» al ciclista bunyolí tras anunciar que el corredor dio «no negativo» en EPO en un control que se le realizó fuera de carrera el pasado 2 de abril en las vísperas al inicio de la Vuelta al País Vasco. La Real Federación Española de Ciclismo (RFEC) será ahora la encargada de tomar cartas en el asunto mientras el ciclista mallorquín prepara su defensa y aguarda al análisis de la prueba B.

Según un comunicado difundido por la UCI la decisión de inhabilitar momentáneamente a Colom se toma «en respuesta al informe procedente del laboratorio acreditado por la AMA en Madrid que indica un resultado adverso que encuentra EPO en un análisis simple de orina efectuado en una prueba fuera de competición el 2 de abril de 2009». La suspensión provisional perdurará hasta que la Real Federación Española de Ciclismo (RFEC) aborde el caso y determine si el ciclista mallorquín ha cometido una violación sobre la normativa antidopaje.

El ciclista, que este año conquistó la Challenge y brilló tanto en la París Niza como en la Vuelta al País Vasco, solicitará el contranálisis al mismo tiempo que su defensa ahondará en las extrañas circunstancias que parecen rodear el caso. No en vano tanto las deficiencias en el precinto con el que la muestra llegó a Madrid y el hecho de que no se haya detectado absolutamente nada en otros análisis que se le efectuaron 48 horas antes y 48 horas después de la muestra del 2 de abril elevan la incertidumbre. La UCI precisa que Colom tiene «el derecho a la presunción de inocencia hasta que se adopte una decisión final a su caso». Algo paradójico. La UCI le concede la presunción de inocencia cuando ya le ha suspendido de forma cautelar.

En el peor escenario posible, es decir, la confirmación de un positivo, cabe reseñar que las últimas sanciones que ha impuesto el organismo que rige este deporte a nivel mundial se sitúan en los dos años.

Otro de los castigos a los que puede hacer frente el ciclista bunyolí en caso de que las pruebas determinen que se trata de un positivo puede llegar de su propia escuadra. El Katusha, que le apartó del equipo a los pocos minutos de publicarse el comunicado de la UCI, impone una cláusula en el contrato de todos sus corredores por la que un ciclista que dé positivo está obligado a pagar cinco veces su salario a la formación. Sólo tres corredores del Katusha como Gert Steegman, Robbie McEwen y Kenny de Haes se mantienen al margen de un anexo del contrato que en cierta medida avala la buena fe del mallorquín.