Un momento del siniestro que provocó la caída de los aficionados.

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Michels / F.Fernández El arranque de la temporada de montaña mostró la cara y la cruz del automovilismo. La buena respuesta de aficionados y pilotos a la XV Pujada a Son Mas, organizada por la Escudería TR Balear, se vio empañada por el accidente que forzó la suspensión de la carrera. El piloto ibicenco Pep Serra (BMW 320) perdió el control de su vehículo en plena subida, impactando contra el guardarraíl tras el cual se hallaba apostado un grupo de aficionados, que como acto reflejo de protección o por el golpe del automóvil sobre la superfície metálica, cayeron por un terraplén de una decena de metros de altura. Nueve de ellos resultaron heridos de diversa consideración, dos de ellos (ambas mujeres) graves, por lo que fueron trasladados de urgencia a Son Dureta y Son Llàtzer. La fractura de la tibia -que obligó a una de ellas a pasar por quirófano- y de tres costillas es el balance de las dos únicas ingresadas a última hora de ayer. El resto fue dado de alta, siendo seguido de cerca su estado por parte de los organizadores de la prueba, que lamentaron el incidente y desearon su recuperación.

El área que reunía a los seguidores fue acotada por los organizadores, quienes confirmaron que el seguimiento de la carrera estaba prohibido desde la misma, tal y como dirección de carrera y Guardia Civil informaron.

Tras ello, y faltando cinco vehículos por completar la prueba, y en ausencia de ambulancias, se optó por darla por finalizada, validando tiempos de carrera y de entrenamientos, con lo que Gabi Arrabal (CM, 2:13.008) se llevó la victoria, por delante de José Martorell (Grupo A), Jairo Pesquera y José Joaquín Fernández (Grupo N).