Se agotaba el mes de octubre de 2006 cuando Jorge Lorenzo celebraba su primer título mundial de 250 centímetros cúbicos. Lo hacía en el Consolat de Mar, y ante una afición mallorquina que aprovechó la ocasión para reivindicar ante las instituciones la construcción de un circuito a la altura de los logros del motor isleño. El presidente de la Federación Balear de Motociclismo, Pep Yuste, recogió el guante y desde ese día, él y su equipo activaron la maquinaria. Meses después, y gracias a la colaboración de un arquitecto apasionado por las dos ruedas, Gabriel Palmer, sobre la mesa de las autoridades se presentará el anteproyecto de un Circuit Illes Balears del que se ofrecen dos versiones. Una contundente y otra más comedida (gráficos adjuntos). Pero las dos poseen una misma meta: saldar el déficit de instalaciones de motor -el Mallorca Renn Arena resulta insuficiente-, dotar a las islas de un recinto de primer nivel y dar forma a un atractivo más a nivel turístico, con el motor como eje de actuación.
Motociclismo/Instalaciones
El sueño del motociclismo balear
La territorial abandera la confección del anteproyecto de un circuito de primer nivel que pretende dar a conocer a las instituciones
Palma03/08/09 0:00
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