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El Mallorca vuelve a refugiarse en el búnker de Son Moix. Después de precipitarse al vacío en Gijón, los de Gregorio Manzano regresan este fin de semana a su base de operaciones, una plaza inaccesible hasta el momento para los foráneos que sólo ha sido conquistada dos veces en todo el 2009. El Getafe de Míchel será el siguiente en pasar por la caja del Camí dels Reis y pondrá a prueba la solidez de un recinto que esta temporada todavía no ha presenciado un solo gol visitante.

 

A diferencia de lo que sucedía en otros tiempos, el Mallorca se siente cómodo en su domicilio. En lo que llevamos de campaña, el conjunto balear ya ha triturado a los tres equipos que han desfilado sobre su pasarela (Xerez, Tenerife y Valladolid) y presume de ser, junto a Sevilla, Madrid y Barcelona, el único que ha sumado todos los puntos que ha disputado como local. Además, ha obsequiado a los forasteros con un potencial ofensivo notable y ha anotado nueve tantos en tres actuaciones.

 

El nivel de seguridad del ONO Estadi está a la misma altura que otros grandes templos de la Liga. Desde que se inició el año, sólo Madrid y Villarreal han clavado su bandera en la alfombra, y de eso han pasado ya muchos meses. Los blancos lo hicieron el 11 de enero, cuando el proyecto de Juande empezaba a alzar el vuelo. Arjen Robben abrió el marcador mientras los espectadores se acomodaban en sus localidades y Raúl y Sergio Ramos lo redondearon más tarde (0-3) sin permitir a los isleños recortarles terreno.

 

A partir de ahí, el Mallorca selló las compuertas y dibujó una segunda vuelta magnífica en la que blindó la permanencia. Los bermellones se atrincheraron y tuvieron que pasar once partidos (ocho de Liga y tres de Copa) para que volviera a escaparse algún punto. Fue concretamente en el último episodio del campeonato regular, cuando el grupo ya había levantado el pie del acelerador. El 30 de mayo irrumpía en la Isla el Villarreal y acababa imponiendo sus argumentos por la mínima (2-3, con dos goles de Llorente y uno de Cani) justo el día en el que Manuel Pellegrini se despedía del banquillo amarillo. Desde entonces, nadie ha vuelo a llevarse nada en el equipaje de vuelta.

 

La única nota negativa que se ha redactado esta temporada entre los muros de Son Moix tiene que ver con la escasa afluencia de público que ha registrado hasta el momento el feudo rojinegro. La media de espectadores (en torno a 11.000) se ha reducido de forma sensible y el club se ha arremangado con la intención de arropar a los futbolistas durante sus próximos compromisos en Palma. La primera medida que ha adoptado la entidad se pondrá en marcha este domingo desde las taquillas. Y es que el Mallorca ofrece a sus abonados la posibilidades de adquirir localidades con un 80% de descuento. De esta forma, el precio de las mismas para los socios, que podrán retirar un máximo de dos, irá de 5 a 15 euros. El objetivo es que aumente la temperatura del estadio y que el público conduzca al equipo hacia su cuatro triunfo consecutivo en casa para mantenerse entre las posiciones más selectas de la clasificación. Hogar, dulce hogar.