La propiedad se ha quitado la careta. Los discursos optimistas y erráticos ya forman parte del pasado. El Mallorca se encamina hacia una situación de colapso económico y la sombra del concurso de acreedores planea con fuerza sobre la SAD balear. En síntesis, es el mensaje que transmitió ayer Javier Martí Mingarro a los consejeros locales, que desde hace varios días preveían un escenario apocalíptico. No obstante, la visita a la Isla del propietario, que por la noche regresó a Madrid, confirmó los peores augurios.
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«Es imposible encontrar financiación; estábamos a punto de firmar un crédito, pero a última hora nos lo han denegado», explicó Martí Mingarro durante su encuentro con algunos de los miembros del consejo de administración. Ante la prensa, el dueño del Grupo Safín no fue tan explícito: «Trataremos de cumplir con todas nuestras obligaciones. Vivimos una situación de crisis mundial y no somos ajenos a ella. Dedicamos las 24 horas del día a buscar soluciones», señaló a preguntas de este diario.
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Apenas dos meses después de su desembarco en el Mallorca, la familia Martí Mingarro está a punto de abrir una crisis sin precedente alguno. La propiedad no está dispuesta a exponer su patrimonio personal y el club carece de recursos económicos para subsistir. El músculo financiero del Grupo Safín no está al servicio de la entidad balear y se han disparado todas las alarmas. «Esta gente no quiere poner un duro y así es imposible hacer frente al calendario de pagos», subrayó a este diario uno de los integrantes del consejo, que también exteriorizó su decepción por las noticias que transmitió Martí Mingarro. «No era demasiado complicado intuir que se avecinaban problemas muy graves, pero tampoco es muy lógico que está gente compre un club de fútbol y no quieran poner un duro. Estamos muy preocupados», agregó la misma fuente.
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El Mallorca, que todavía adeuda al grueso de la plantilla la ficha de la temporada pasada, debe asumir pagos importantes durante las próximas semanas, especialmente ante la Agencia Tributaria. Javier Martí Asensio, hijo del propietario y consejero delegado del club, ha intentado lograr un nuevo aplazamiento de Hacienda, pero hasta ahora sus gestiones han resultado infructuosas. Además, el club está incumpliendo numerosos pagos y la devolución de pagarés se ha convertido en una constante. Ni tan siquiera ha podido liquidar la prima pactada con el equipo por ganar al Getafe, que asciende a 90.000 euros.
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La gestión que está desarrollando Martí Asensio también es vista con recelo por una facción importante del consejo de administración. «Su falta de experiencia está resultando muy gravosa para el club. Además, casi nunca está por aquí. Normalmente está en Madrid y así es muy difícil gestionar un club de fútbol», opinaron varios consejeros, que tampoco descartaron que el Mallorca vuelva a verse inmerso en un proceso de venta.
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