La remontada de Miquel Julià se quedó en gesta sin recompensa sobre el papel. El piloto mallorquín debutaba al volante del Aston Martin DBRS09 de un equipo Villois Racing que se llevó una buena imagen del insular, pero que se quedó a las puertas de completar sus dos objetivos en la carrera de GTS. La penúltima manga del International GT Open deja un primer capítulo que invita a soñar y las cosas abiertas para la carrera de esta tarde (16:10 horas), en la que el balear marcará los primeros cronos y tendrá la ocasión de sembrar un ritmo con el que optar al cajón, saliendo desde la novena plaza de su clase.
El hándicap de quince segundos, la falta de experiencia y rodaje con el vehículo y el lastre en forma de tiempo y clasificación que le dejó como herencia un inocente Andrea Wiser se convirtió en una progresión vertiginosa de Julià, que logró pasar del puesto vigésimo al noveno en poco más de 36 minutos y tras una ristra de percances que condicionaron su clasificación.
Las cosas pintaban bien tras unos entrenamientos en los que Julià rodaba a 1:55 altos. Buen crono ante los condicionantes que jugaban en su contra. Esta vez, con una hora y diez minutos por delante, la táctica fue apostar porque Wiser mantuviera el tipo -salían desde la 13ª línea de la parrilla y como 11º mejor GTS -en su categoría ruedan junto a los Súper GT o GT2 FIA- y Miquel rematara la faena. Falló la primera parte.
Alejados del objetivo inicial, una colisión múltiple se convirtió en inesperada aliada. Camino del ecuador, Wiser situaba al Aston Martin en el duodécimo lugar de su clase (GTS) y el vigésimo de un grupo estirado. Hasta que llegó el momento de pasar el testigo a Julià. Su compañero no estuvo atento, y en el giro previo a la entrada en el 'pit lane', sufrió una salida de pista con 'trompo' incluído que encendió las alarmas. E hizo que el crono corriera más rápido todavía. Los minutos y las vueltas (dos sobre cabeza de carrera) perdidas en esa eterna parada condicionaron los más de 35 que le restaban a Julià para obrar un milagro.
Enseguida se desprendió el mallorquín del disfraz de debutante en esas lides. Por delante, el otro vehículo del Villois (Max Wiser/Lucas Guerrero) estaba metido de lleno en la puja por el tercer peldaño del cajón.
De forma frenética, Miquel Julià lograba bajar del vigésimo lugar de la general -ya era noveno en GTS- e incluso lograba tocar techo con el octavo puesto de su categoría. No le fue suficiente volver a imprimir un 1:55 medios para conservar ese lugar, que quedó en posesión de los andorranos Joan y Amalia Vinyes, teniendo que conformarse con un noveno puesto que sabe a victoria tras heredar un auténtico lastre.
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