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EfeMILÀN

El Real Madrid busca romper con la historia, acabar con la maldición de San Siro donde nunca ha ganado en Europa y solo ha marcado un gol en cinco partidos, y ante un irregular Milán, pretende terminar de curar sus heridas para dar un golpe de efecto al Grupo C de Liga de Campeones.

Retomó el pulso el Real Madrid de Manuel Pellegrini ante el Getafe. Las derrotas ante Sevilla, Milán y Alcorcón en las tres competiciones a las que opta, dejaron al chileno en la cuerda floja. Sustentado por los goles milagrosos de Gonzalo Higuaín, San Siro es el mejor escenario para poner la dosis de paciencia necesaria a un proyecto que acaba de nacer.

Porque en San Siro el Real Madrid ha protagonizado descalabros históricos. Como el 5-0 que encajó la 'Quinta del Buitre' ante aquella máquina de hacer fútbol de los Maldini, Baresi, Rijkaard, Gullit y Van Basten. Capaz el equipo blanco de hacer un solo gol en 450 minutos en su campo maldito de Europa donde cuenta por derrotas cada visita.

Empatados

Empatados en el primer puesto del Grupo C, el duelo adquiere una importancia mayor tras la resurrección del Milán en el Bernabéu. El 2-3 liderado por un magnífico Pato, obliga al Real Madrid a puntuar si quiere cumplir el deseo del vestuario y ser primero para evitar errores del pasado que le condujeron a cinco años sin pasar de octavos.

La exhibición del 'Pipita' Higuaín ante el Getafe le asegura la titularidad. Ha tenido que ser a base de goles como el argentino recupera los galones ganados a pulso en la pasada temporada. Su acompañante en ataque será Raúl González, que mantendrá con Filippo Inzaghi el duelo de mayores goleadores de competiciones europeas. Lo verá desde el banquillo Karim Benzema, en plena sequía goleadora.

Será el regreso del hijo pródigo, Kaká, a Milán. A su casa. Donde su proyección como futbolista se multiplicó tras guiarle al éxito a un equipo ahora decadente. La magia del brasileño no se acompañará de su socio José María Gutiérrez 'Guti', que se queda en Madrid castigado por su indisciplina. Se encontrará el conjunto blanco a un Milán de altibajos, como ha demostrado en los dos últimos encuentros ligueros, en los que primero echó por la borda un 2-0, cuando el Nápoles le empató en los minutos finales, antes de que en el último referente mostrase una buena cara derrotando con contundencia a un buen Parma (2-0).