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Un día más de incertidumbre. La reunión fijada para hoy entre la familia Martí Mingarro y el ex propietario Mateu Alemany, que puede marcar el futuro del Real Mallorca, se celebrará finalmente mañana. Los dueños, todavía, de la entidad balear se dirigieron ayer al ex presidente mallorquinista para comunicarle su imposibilidad de estar hoy en la Isla. La cumbre, que decidirá una porción notable del destino bermellón, tendrá lugar mañana...salvo que la propiedad se saque de la manga un nuevo aplazamiento.

La cita se antoja clave par definir la supervicencia del Mallorca. Y Alemany ha puesto sobre la mesa sus condiciones. Para empezar, el abogado mallorquín ha exigido la presencia en el cónclave de Javier Martí Mingarro, el hombre el que le traspasó los poderes el pasado 7 de agosto y al que considera el único interlocutor válido para encontrar una salida al laberinto. Alemany ha reclamado la asistencia del dueño del Grupo Safín. Aunque en la cita también podría estar presente Javier Martí Asensio, el consejero delegado de la entidad, el ex presidente quiere arreglar la situación, conversar cara a cara, con el dueño del Grupo Safín y patriarca de la familia.

Sobre la mesa se pondrá en juego la supervivencia de la entidad. Alemany, que tampoco ha cobrado en tiempo y forma las cantidades pactadas durante la operación de compraventa, mantuvo en Palma el pasado jueves una tensa reunión con el propietario, al que exigió que hiciera frente a los compromisos económicos.

El gestor mallorquín antepone los intereses de la entidad a los suyos propios y no exige que la propiedad salde la deuda que mantiene con él, sino que el Grupo Safín cumpla con el calendario de pagos fijado en su día. Es más, está decidido a aplazar las cantidades que le adeuda la familia Martí Mingarro si los propietarios están dispuestos a invertir esta cantidad en el club para resolver los graves problemas de tesorería. Que liquida sus obligaciones con la plantilla -les adeuda 210.000 euros en primas, más la nómina de noviembre-, con los empleados de la entidad -tampoco han recibido todavía la paga mensual- y con los acreedores, indignados por los pagarés devueltos.

Javier Martí Mingarro solicitó unos días para reflexionar, pero Alemany decidió pasar a la acción. El ex presidente es consciente que su elección ha sido un grave error y está trabajando en los últimos días con la intención de rectificar esa equivocación. Aunque su ciclo está agotado, está dispuesto a recuperar el control de la entidad si no existen garantías financieras.

El Grupo Safín recibió anteayer un requerimiento notarial del antiguo presidente y propietario del Mallorca para invalidar la venta del del club. A propósito de este documento notarial, la propiedad todavía no se ha pronunciado y el ex propietario está a la espera de si la familia Martí Mingarro contesta a dicho requirimiento, si hay causa resolutario o, por el contrario, los empresarios madrileños insisten en mantener en su poder el grueso accionarial de la SAD.

La intención de la familia, según ha reiterado Javier Martí Asensio en los últimos días, es tratar de llegar a un acuerdo con Mateu Alemany, intentar alargar la agonía. En caso contrario, «le pagaremos», dijo el consejero delegado.

Los miembros del consejo de administración, que también han perdido su confianza en la propiedad, están a la espera de ver cómo se desarrollan los acontecimiento y cuál es el desenlace de la cumbre Mingarro-Alemany. Si la propiedad no cumple con lo pactado y vuelve a dar largas, se podría producir una dimisión en pleno del órgano de gobierno. El destino de la SAD balear se pondrá en juego mañana.