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El mallorquinismo vivía pendiente de esa reunión. El futuro del club está en juego y en manos de los Martí Mingarro se encamina directamente al precipio, al abismo, a la nada. Nadie más que ellos elude la realidad. La situación es gravísima. Difícilmente se pagarán las nóminas de futbolistas y empleados del club, por no hablar de los proveedores. Nadie cobrará a corto plazo. Mateu Alemany trata ahora de rectificar su decisión de vender el 94% de las acciones a los propietarios del Grupo Safín y ayer su intención era resolver el contrato de compraventa y activar los mecanismos para que el club retornara a su poder dados los incumplimientos de los Mingarro a la hora de abonar las cantidades fijadas a Alemany.

El ex presidente prioriza la viabilidad económica, social y deportiva del club, a cobrar sus pagarés "en estos momentos hay ya uno impagado que asciende a 500.000 euros", de ahí que en el 'cónclave' previsto para ayer mismo se tratara este trascendental asunto. Sin embargo, no sólo no se avanzó, más bien todo lo contrario. La actitud del joven Martí y de su padre agudizan más una crisis que por momentos se hace insostenible. Su nula capacidad de inyectar capital al club hace que todo quede pendiente de los ingresos que pueda recibir de Mediapro "la empresa que explota los derechos de televisión del club y que entrega mensualmente 1'3 millones de euros" y que con esto se 'cubran' los agujeros que quedan pendientes de tapar de la pasada temporada y se afronten nuevos pagos a empleados y proveedores. Pero esta cantidad no cubre todas las necesidades y mucho menos si el equipo continúa en esta línea y va acumulando primas a su favor. Ni que decir tiene que todos los gastos que supone el mantener las categorías inferiores, desde el filial al fútbol base tampoco se logran aplacar, por lo que a medida que van pasando los días y las semanas, la bola se va haciendo mucho más grande, rueda con más fuerza y se dirige hacia el abismo.

Alemany, consciente de que el Grupo Safín no va a inyectar liquidez de sus propios recursos y que todo queda a expensas de los ingresos, forzó la reunión de ayer para plantear la anulación del contrato de compraventa y poder tener un margen de maniobra para dar de nuevo estabilidad al club y activar otro proceso de venta. Pero para intentar armar este puzle es imprescindible empezar por el principio, dar el primer paso y ahí se ha situado de momento una barrera infranqueable. Los Martí Mingarro, al menos el consejero delegado, no quiere soltar su 'nuevo juguete' y ante esto el escenario se complica enormemente. Alemany ha perdido toda confianza en los Mingarro, como la ha perdido todo el entorno, y ha dado órdenes a sus abogados para que medien en el conflicto y definan qué camino se debe seguir a partir de ahora. Cabe recordar que Alemany remitió al Grupo Safín un requerimiento notarial para solicitar la nulidad del contrato de compraventa debido al impago de uno de los pagarés y por una cláusula resolutoria el abogado mallorquín podría recuperar el paquete mayoritario de las acciones del club. Un plan nada fácil de ejecutar.