El jugador de los Celtics de Boston Rajon Rondo (c) pasa el balón con la marca de Pau Gasol (i) de los Lakers de Los Àngeles. | CJ Gunther

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No fueron las grandes figuras las que salvaron a los Celtics de ponerse al borde de la eliminación sino los reservas, el alero Glen Davis y el base Nate Robinson, que superaron a las estrellas de Los Angeles Lakers para que el equipo de Boston ganase 96-89 el cuarto partido de las Finales de la NBA.

Con el partido controlado por los Lakers, que llegaron al final del tercer periodo con un parcial favorable de 60-62, la decisión del entrenador de los Celtics, Doc Rivers, de sacar al campo a todos los reservas menos al escolta Ray Allen, fue la fórmula perfecta para que cambiase por completo la historia del encuentro.

Davis, con 18 puntos, incluidos 11 en el cuarto periodo, se erigió en la figura de los Celtics que consiguieron empatar a 2-2 la serie que disputan al mejor de siete para asegurarse la vuelta a Los Angeles donde tendrá que jugarse ya seguro el sexto partido.

El quinto partido de la eliminatoria se disputará el próximo domingo en el mismo escenario del TD Garden, de Boston.

Davis, que jugó 22 minutos, anotó 7 de 10 tiros de campo y 4-4 desde la línea de personal, capturó cinco rebotes y recuperó dos balones.

Si Davis había sido el sexto jugador sin discusión, faltaba el factor sorpresa para los Celtics y este iba a ser Robinson, que con su energía y rapidez, en lugar del titular Rajon Rondo, rompió por completo a la defensa de los Lakers, además de provocarles, para conseguir también 12 puntos de oro.

Ronbison, que ya en la primera mitad salvó a los Celtics de los fallos en ataque de sus estrellas al conseguir dos triples consecutivos, en el cuarto periodo iba a anotar otros seis puntos decisivos.

Faltaba todavía el triple espectacular del veterano ala-pívot Rasheed Wallace, que fue el único que pudo controlar algo al español Pau Gasol, una auténtica pesadilla todo el partido para los Celtics, con el que los Celtics iban a alejarse en el marcador al lograr parcial de 79-70 cuando faltaban 6:18 minutos para el final.

Confianza

Los Celtics habían logrado no sólo conseguir la mayor ventaja del partido sino recuperar la confianza de equipo ganador para al final también tener los puntos decisivos del alero Paul Pierce -cuatro en los últimos dos minutos-, y el robo genial de Rondo con 33 segundos para el parcial de 92-84.

De nada sirvieron los intentos de Bryant, con sus dos jugadas de tres puntos, una de tres tiros desde la línea de personal, y otra con canasta para dar la vuelta a un marcador que estuvo sentenciado desde que Wallace logró el triple que le dio a los Celtics toda su condición de equipo ganador.

Pierce, lideró el ataque de los Celtics al conseguir 19 puntos, pero después de comenzar excepcional en el primer cuarto con 10 tantos, luego se vino abajo ante la defensa de los Lakers.

El alero estrella de los Celtics, que había dicho que no volverían a Los Angeles, ahora se siente feliz de poderlo hacer, después de ver como en el segundo cuarto anotó sólo dos tantos para irse en blanco en el tercero y recuperar el toque de muñeca en el cuarto para sentenciar con siete que ayudaron el triunfo.

Garnett aportó 13 puntos con seis rebotes, tres asistencias y dos recuperaciones de balón, mientras que Allen siguió con los problemas en los tiros desde fuera del perímetro, falló los cuatro que intentó, pero esta vez logró al menos 12 tantos que iban a ayudar a los Celtics.

Sin embargo, su experiencia, movilidad y control fueron decisivos para los Celtics en el cuarto periodo cuando dirigió el resurgir del equipo con los cuatro reservas que le acompañaron en el campo.

Los Celtics encontraron de nuevo el equilibrio bajo los aros al conseguir 41 rebotes por 34 de los Lakers y ahí iba a estar otra de las claves en el juego de equipo que les iba a permitir conseguir el triunfo, junto con los 12 robos de balón por tan sólo seis de los campeones de liga.

De nuevo, Bryant con 33 puntos, incluidos 21 en la segunda parte, seis rebotes y dos asistencias, iba a ser junto con Gasol los dos únicos jugadores que mantuvieron a los Lakers en el partido cuando llegó la recta final y la inspiración de los Celtics.

Antes en la primera parte, que concluyó favorable a los Lakers con parcial de 42-45, habían sido los reservas los que hicieron un buen trabajo al aportar 12 puntos, pero en la segunda parte sólo consiguieron seis por 29 de los Celtics.

Gasol volvió a estar incansable, acertado y luchador en los 43 minutos que se mantuvo en la cancha del TD Garden, los mismos que Bryant, para conseguir 21 puntos y seis rebotes.

El jugador de Sant Boi, al margen que su equipo no pudo conseguir la victoria, dejo bien claro que dos años después del primer duelo de las Finales contra los Celtics, es mejor jugador que el veterano Garnett.

Gasol consiguió 6 canastas de 13 tiros de campo, falló un intento de triple, y anotó 9 de 10 desde la línea de personal, además de repartir tres asistencias y poner dos tapones.

Sin la aportación bajo los aros del pívot Andrew Bynum, no puede superar los problemas físicos que tiene en la rodilla derecha, la defensa de los Lakers tampoco tuvo el apoyo del alero Ron Artest ni del reserva Lamar Odom.

Mientras que el base Derek Fisher, el héroe del tercer partido que ganaron por 84-91, esta vez desapareció ante una defensa de los Celtics que fue superior y supo aguantar el partido hasta que surgieron Davis y Robinson para asegurar una victoria que puede valer un título.

Ficha técnica:

96 - Boston Celtics (19+23+18+36): Rondo (10), Allen (12), Perkins (6), Pierce (19), Garnett (13) -cinco inicial-, Davis (18), Tony Allen (3), Wallace (3), Robinson (12) y Daniel (-)

89 - Los Angeles Lakers (16+29+17+27): Bryant (33), Fisher (6), Bynum (2), Gasol (21), Artest (9) -cinco inicial-, Odom (10), Brown (5), Farmar (3) y Vujacic (-).

Arbitros: Scott Foster, Greg Willard y Eddie F. Rush. Señalaron faltas técnicas a Rasheed Wallace y Nate Robinson, de los Celtics. No hubo eliminados por faltas personales.

Incidencias: Cuarto partido de la serie de las Finales de la NBA que se disputó en el TD Garden, de Boston, ante 18.624 espectadores.