Contador, poco antes de comenzar su entrenamiento de ayer. | Toni Albir

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Alberto Contador es el centro de atención ante la salida de la 98 edición del Tour de Francia, por su condición de favorito número uno, la posibilidad de convertirse en el primer corredor que hace doblete Giro-Tour desde Marco Pantani (1998) y el debate sobre su presencia, lastrada por el presunto positivo de la pasada edición que deberá resolver el Tribunal de Arbitraje (TAS) en el mes de agosto.

Contador, de 28 años, aspira a su cuarto título en el Tour y el séptimo de las tres grandes. Llega con 9 victorias, la última en el Giro de Italia, donde se mostró implacable. A pesar del desgaste de la prueba italiana, es el candidato número uno para ocupar el escalón más alto del podio el próximo 24 de julio en París. Con un recorrido para escaladores, que incluye cuatro finales en alto, dos en los Pirineos y otros dos en los Alpes, con metas en el Galibier y el Alpe D'Huez como jueces, Contador será el hombre a batir en la carretera, un personaje discutido por una parte del público francés, no siempre cómodo con la presencia del español en el Tour. El de Pinto, que ya ha tenido que contestar a varias preguntas sobre su futuro en el TAS, tendrá que abstraerse al debate y centrarse en batir a sus enemigos.

El primero de ellos, su rival natural, es el luxemburgués Andy Schleck, dos veces segundo en el Tour y tres veces maillot blanco de mejor joven. El líder del Leopard tiene cuentas pendientes después de perder el pasado Tour por solo 39 segundos, tal vez por la avería mecánica en la cadena en pleno ascenso al Port de Balés.