Los jugadores del Athletic celebran el gol marcado por Iker Muniain ante el Lokomotiv de Moscú. | Luis Tejido

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ATHLETIC: Iraizoz (); Iraola (), Javi Martínez (), Amorebieta (), De Marcos (); Susaeta (), Iturraspe (), Ander Herrera (), Muniain (); Toquero () y Llorente ().

Cambios: San José () por Susaeta; Íñigo Pérez () por Iturraspe y Ekiza () por Ander Herrera.

LOKOMOTIV: Guilherme (); Shishkin (), Belyaev (), Burlak (), Yanbáev (); Tarasov (); Ozdoev (), Zapater (), Glushakov (), Torbinski (); y Caicedo ().

Cambios: Obinna () por Torbinski; Sychev () por Ozdoev y Da Costa () por Belyaev.

Árbitro: Pawel Gil (Polonia). Expulsó a Amorebieta, en el minuto 59, por doble tarjeta amarilla. Además, mostró tarjeta amarilla a los locales Iturraspe y Javi Martínez, y a los visitantes Zapater, Caicedo, Tarasov y Obinna.

Gol:

1-O, minuto 61, Muniain

Un gol de Muniain, estando su equipo en inferioridad numérica, hizo posible el sueño del Athletic de continuar en la Europa League y, sobre todo, poder medirse en la próxima ronda a un grande del escaparate continental como el Manchester United. El gol del pequeño navarro, capital en los rojiblancos en el tiempo que estuvieron con uno menos, le servía a los de Marcelo Bielsa para imponerse, por un escueto pero suficiente 1-0, a un Lokomotiv de Moscú que ofreció una buena impresión en La Catedral.

El Athletic tuvo que superar muchas barreras: la remontada local en Moscú, su espesura en el juego en la primera mitad de ayer, quedarse en inferioridad con media hora larga por jugarse y el asedio al que le sometió el equipo ruso en el sprint final. Pero la aparición de Fernando Llorente en los primeros minutos de la segunda parte resultó decisiva en la jugada del gol, ya que confirmó la superioridad por arriba que estaba manteniendo tras el descanso tocando un balón que Muniain, en el segundo palo en una jugada que ya ha aprovechado más veces, remachase ante Gulherme.

Un primer disparo del ecuatoriano Felipe Caicedo en el minuto 2, bien detenido por Iraizoz, avisó al Athletic de que el partido no iba a ser fácil. Y esa primera impresión se confirmó a pesar de dos disparos de Iraola, desde la frontal, y Javi Martínez, tras córner, ninguno de ellos entre los tres palos.

Bielsa vio que las cosas no funcionaban bien y no dudó en mover el equipo ya al inicio del segundo tiempo. Dejó en el vestuario Iturraspe y Susaeta para dar entrada a San José e Íñigo Pérez y funcionó mejor el equipo rojiblanco, que empezó a encontrar a Llorente. Con el choque escorado hacia el área de Guilherme, Amorebieta se confió en un balón que tenía controlado, se lo robó un rival, al que tuvo que hacer falta para que se no marchas solo hacia Iraizoz y dejó a su equipo en inferioridad.

No notó mucho el golpe el equipo rojiblanco, ya que inmediatamente creó un par de ocasiones. La primera de Herrera, muy clara pero se un defensa se interpuso en su disparo, y la segunda el gol. Un saque de esquina que botó Íñigo Pérez, que tocó en primera instancia Llorente y remachó en el segundo palo Muniain.