R. Morales Nyon17/03/12 0:00
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El Barcelona, actual campeón de Europa, y el Real Madrid, equipo más laureado de la competición con nueve títulos, se enfrentarán en cuartos de final de Liga de Campeones al Milán italiano y al Apoel chipriota, respectivamente, y no se cruzarán hasta una hipotética final en el Allianz Arena de Múnich. Los dos grandes favoritos al título, Barcelona y Real Madrid, no repetirán una temprana eliminatoria europea, como la de la pasada temporada en semifinales que desató duros enfrentamientos, pues no se pueden ver hasta la final. Milán y el ganador del Benfica-Chelsea es el camino del equipo de Pep Guardiola. Apoel y el vencedor del Olympique-Bayern, el de José Mourinho, según deparó el sorteo de ayer en Nyon (Suiza).

Paul Breitner, exjugador alemán de Real Madrid y Bayern de Múnich, fue el encargado de ir sacando los emparejamientos de Liga de Campeones. El destino quiso que el embajador de la final cruzase a sus dos equipos en semifinales, si los madridistas se deshacen del Apoel y los bávaros del Olympique de Marsella. El vigente campeón, el Barça, quedó emparejado con el Milán italiano, ganador de siete Copas de Europa, al que ya se enfrentó en la actual edición de la Liga de Campeones. Liderado por un exazulgrana, el sueco Zlatan Ibrahimovic, logró sacar un empate a dos del Camp Nou y cedió el primer puesto de grupo al perder en San Siro (2-3). Ahora, está pendiente de recuperar a Boateng, un futbolista clave en su juego que aumenta el físico y la pegada.

Reválida

El Barcelona afronta el reto de convertirse en el primer equipo de la historia que vence dos ediciones consecutivas de la Liga de Campeones. Para ello tendrá que olvidar su último cruce ante un equipo al que ya se hubiera enfrentado en la fase de grupos. Fue ante el Inter de Milán de José Mourinho, que fulminó en semifinales el sueño de la final del Santiago Bernabéu. Un punto en favor de Barcelona y Real Madrid es que ambos disputan los partidos de vuelta de cuartos de final y las semifinales en sus estadios. El camino a la final soñada por el fútbol español está marcado.