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La mejor deportista balear de la historia en unos Juegos Olímpicos ya está en la isla. Brigit Yagüe aterrizó ayer en Palma tras haber logrado algo más que una medalla de plata en Londres. La taekwondista mallorquina pone el colofón a una carrera plagada de éxitos con el único sueño que le quedaba por cumplir: lucir un metal olímpico. Numerosos familiares y amigos aguardaban la llegada de Brigit en Son Sant Joan para otorgarle un recibimiento acorde a su estrella. Bajo un intenso foco informativo, llegó una Brigit Yagüe visiblemente emocionada, que se fundió en innumerables abrazos nada más cruzar la puerta de llegadas. «Nunca hubiese imaginado nada así, la emoción de ver que tanta gente me sigue, me admira y que me llama por mi nombre es impresionante. He conseguido algo grande». Tras recuperar el aliento después de tanta felicitación, y ya algo más calmada, Brigit repasó el «duro combate» de semifinales que le permitió pasar a la final y asegurarse la medalla de plata, el sueño ya estaba cumplido. «Fue una pelea donde a falta de muy poco estaba todo perdido, por eso al lograr la remontada increíble que conseguí, me vinieron muchos sentimientos de golpe. Creo que al final gané ese combate porque yo quería la medalla más que ella», declaró. Al ser preguntada por la final contra la taekwondista china, Yagüe se sinceró. «Ella estaba muy bien, yo venía cansada del combate anterior, se puso muy pronto por delante y no tuve nada que hacer», admitió.

Terminada su participación olímpica, la deportista balear ya sólo se plantea «descansar» y ponerse «bien morena» en la playa. «Ahora quiero disfrutar de la medalla y tener mis vacaciones. Después ya tendre tiempo de volver a ponerme en forma». La taekwondista, también admitió que ahora le gustaría apartar un poco el deporte para cumplir otra de sus ilusiones, como es la de ser madre, «ojalá pueda serlo este año o el siguiente», declaró.