Andrés Iniesta festeja el tanto que acababa con la resistencia islandesa.

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La selección española se detendrá en Palma de camino a Brasil, donde debería luchar en 2014 por conservar la corona que se colocó hace un par de veranos en Johanesburgo. Las gestiones llevadas a cabo por la Federació de Futbol de les Illes Balears (FFIB) que preside Miquel Bestard han dado sus frutos y la Roja se medirá a Bielorrusia el 11 de octubre de 2013, en el encuentro correspondiente a la penúltima jornada del Grupo I de clasificación para el Mundial. De esta forma, el combinado de Vicente del Bosque regresará a la capital balear tras más de seis años de ausencia para zanjar el pase y tramitar oficialmente su inscripción en la máxima competición del planeta fútbol .

España volverá a Mallorca gracias a uno de los acuerdos alcanzados durante la reunión mensual de la junta directiva de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), celebrada ayer en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. En total será la quinta visita de su historia, la segunda que realiza con motivo de un partido oficial. Además, puede que en este caso represente también una etapa clave en la carrera mundialista, ya que es probable que los últimos resultados y la composición del calendario mantengan el suspense del grupo hasta el último momento.

Reencuentro

El combinado nacional no interpretaba una función ante el público isleño desde finales de marzo de 2007. Aquella vez, mientras recorría la carretera de acceso a la Eurocopa de Austria y Suiza que acabaría gobernando, la formación de Luis Aragonés se quitaba de encima con muchos apuros a Islandia y daba un paso fundamental para su espectacular cambio de identidad. Ante un Son Moix lleno y bajo una espectacular tromba de agua, la selección derribaba la muralla escandinava con un gol de Iniesta y reforzaba el modelo que le haría campeón, un año después, entre las paredes del Prater de Viena.

Esta vez España puede encontrarse con un paisaje diferente, aunque serán las próximas entregas de la competición las que determinarán el peso del encuentro que se escenifique en el estadio del Mallorca. De momento, lidera su grupo con 7 puntos después de tres jornadas, aunque lo hace únicamente por su mejor diferencia de goles ya que en el expediente presenta los mismos puntos que Francia. Principalmente, porque el mes pasado los de Del Bosque dejaron escapar la oportunidad de allanarse el camino cediendo un inesperado empate ante la selección gala que seguramente les obligará a mantener el pie pegado al acelerador hasta el final.

Antes de que España y Bielorrusia entrelacen sus caminos en Son Moix, la Roja jugará dos partidos ante Finlandia (como local el 22 de marzo y como visitante el 6 de septiembre) y un encuentro imprescindible en territorio francés (26 de marzo).

El oponente de España en su regreso a Palma será un combinado joven (empezó a competir en 1992, poco después de que se quebrara la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) que lucha por consolidarse en el fútbol europeo y que sueña con clasificacrse para alguna gran competición a medio plazo. De hecho Bielorrusia, nunca ha disputado un partido en suelo español y su única confrontación con la Roja hasta el momento se remonta al pasado 12 de octubre, cuando el azulgrana Pedro Rodríguez, en tres ocasiones, y su compañero Jordi Alba liquidaron en Minsk (0-4) a un conjunto sin nombres demasiado llamativos en el que sólo sobresale Alexander Hleb, excentrocampista del Barcelona.