Getafe: Moyá; Arroyo, Lisandro, Rafa, Roberto Lago; Borja, Míchel (Gavilán, min. 80); Pedro León, Lafita (Sarabia, min. 53), Diego Castro; y Ciprian.
Valladolid: Mariño; Rukavina, Rueda, Mitrovic, Peña; Rubio, Rossi (Rama, min. 78), Víctor Pérez (Sastre, min. 86); Larsson (Manucho, min. 74), Omar y Javi Guerra.
Árbitro: Martínez Munuera (Comité Valenciano). Mostró cartulina amarilla a Roberto Lago (min. 38) y Lisandro (min. 44) por parte del Getafe y a Peña (min. 42), Javi Guerra (min. 63) y Rukavina (min. 66) por parte del Valladolid.
Getafe y Valladolid protagonizaron en el Coliseum Alfonso Pérez un encuentro soporífero, horrible, frío y casi sin ocasiones que finalizó con un empate sin goles que atentó contra el espectáculo del fútbol.
Madrileños y vallisoletanos saltaron al campo envueltos en una nebulosa de problemas que han dejado a ambas escuadras en la zona baja de la tabla. Los hombres de Juan Ignacio Martínez iniciaron el duelo en puestos de descenso, con dificultades para hilvanar buenos resultados con los que asomar la cabeza hacia zonas menos peligrosas.
Mientras, la escuadra de Luis García sumaba seis encuentros consecutivos sin conocer la victoria. El técnico madrileño se encontraba a un solo encuentro de igualar su marca de siete sin ganar en la entidad que preside Ángel Torres. Su fútbol, irregular y de rachas buena y malas, había evolucionado hacia una situación complicada para un club que hasta hace poco era sexto y soñaba con Europa.
Con esos antecedentes se avecinaba un choque de los que últimamente se ven en el Coliseum Alfonso Pérez. Frío, mucho frío y aburrimiento del bueno es la marca de la casa en un invierno que se está haciendo demasiado largo para el equipo azulón. A veces hay momentos de inspiración, pero no asoman demasiado por un estadio que, una vez más, presentó una entrada poco digna para un equipo de Primera División.
No es de extrañar que se pierdan aficionados con el espectáculo que a veces se ofrece por Getafe. Es un factor a tener en cuenta. El fútbol al final es diversión y, aparte de una congelación, poco más recibieron los aficionados del equipo de Luis García.
Sobre todo en la primera parte, en la que el primer disparo a portería lo hizo Pedro León en el minuto 45, cuando lanzó una falta que atrapó con facilidad Mariño. Antes, la ocasión más clara la tuvo Borja Fernández, que desde el centro del campo fue a dar un pase que casi acaba dentro de la portería pucelana. El portero del Valladolid midió mal el bote, el balón pasó le por encima y salió rozando su palo izquierdo.
Esas fueron las noticias del Getafe en los 45 minutos iniciales. Las del Valladolid tampoco fueron mucho mejores. Apenas un cabezazo de Rueda que golpeó en el poste de Miguel Ángel Moyá y un testarazo a bocajarro de Javi Guerra que salvó como pudo el guardameta de la escuadra del sur de Madrid.
Eso fue todo en un inicio para olvidar que dio paso a un segundo acto igual de frío, tedioso y horrible. Nunca ase había visto por Getafe un partido tan lamentable. Nadie era capaz de encadenar más de tres pases seguidos con sentido. El balonazo fue el recurso continuo en ambos equipos, sobre todo en el Getafe, que parecía despreciar el poder de la posesión.
Luis Aragonés, que comenzó su carrera en el bloque madrileño en la temporada 1956/57, fue homenajeado con un minuto de silencio antes del inicio, pero seguro que, allá donde esté, se revolvió contrariado por todo lo que se vio en el Coliseum Alfonso Pérez. Nada de lo que él creó, de su legado, de aquella selección española que ganó la Eurocopa de 2008 con brillantez, hizo acto de presencia por el verde del que un día fue su casa.
A falta de fútbol, un sector amplio del público, a quince minutos del final, pidió la marcha de Luis García. El entrenador del Getafe cumple su tercera temporada al frente de un equipo que parece que va a terminar una etapa al final de curso.
Esos silbidos no espolearon a ninguno de los dos contendientes. Apenas una opción del Valladolid, con un taconazo de Javi Guerra que se marchó cerca del poste derecho de Moyá, crearon inquietud entre un público que deseaba el final cuanto antes.
Contestó Diego Castro en el minuto 90 con un trallazo al poste qu podía haber dado tres puntos al menos malo. Pese a ese detalle, cuando el alivio general llegó con el pitido final, que dejó al Getafe tocado, con siete encuentros sin ganar y cerca del descenso. El Valladolid tampoco salió mejor parado. Sumó un punto, pero seguirá coqueteando con bajar de categoría.
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